Ateneo Libertario de CNT Jaén

lunes, 17 de diciembre de 2018

CNT-Jaén se solidariza con la campaña Make Rojava Green Again


Desde la CNT de Jaén hemos hecho un pequeño ingreso de apoyo a la campaña Make Rojava Green Again que apoya la CNT. Con esta pequeña aportación pretendemos poner nuestro granito de arena en una campaña que pretende «apoyar práctica y económicamente al Comité de Conservación de la Naturaleza en la reforestación de la Reserva Natural de Hayaka, cerca de la ciudad de Derik, en el Cantón de Cizire. A lo largo de los próximos cinco años queremos plantar más de 50.000 árboles en las orillas del lago Sefan».

Desde nuestro sindicato os animamos a que visitéis el apartado de la web confederal relacionado con la campaña para informaros de la misma: http://cnt.es/noticias/make-rojava-green-again A partir de ahí, os invitamos a que os solidaricéis con la campaña, hagáis difusión entre vuestros contactos y participéis de las distintas redes de solidaridad que se están tejiendo para apoyar el proceso revolucionario consolidado en la zona de Rojava (en el Kurdistan sirio).

Es importante que se extienda la llama de la solidaridad entre pueblos, aunque sea con pequeños gestos.

lunes, 10 de diciembre de 2018

La Carolina (Jaén) 1916: Una reivindicación laboral en la mina


En el Archivo Histórico Provincial de Jaén, se conserva una serie denominada Expedientes de la Policía Minera, dentro del fondo de la Jefatura Provincial de Minas, que refleja las funciones de inspección que ejercía la Jefatura de Minas de la Provincia. 

Dentro de esta serie, encontramos unos expedientes (legajo 34.477) correspondientes a la Sociedad Minas de Castilla la Vieja y Jaén, que explotaba entre otras, las minas El Castillo, Sinapismo, La Rosa y Rafaelito, en el término municipal de La Carolina. En estos expedientes se realizan denuncias sobre las condiciones de trabajo dentro de las minas. Los trabajadores piden que la anquilostomiasis, una enfermedad causada por el trabajo en el interior de las minas, sea considerada como enfermedad laboral, que las compañías explotadoras de las minas lleven a cabo medidas para atajarla y que se cumpla la legislación vigente relativa a los accidentes de trabajo y a las condiciones de seguridad y salud laboral (1). 

La reivindicación tiene su punto de partida en un escrito dirigido al presidente del Consejo de Ministros que realiza un minero, José Segura Cantón, en el que denuncia los problemas que en la mina Rafaelito, está causando la enfermedad de la anquilostomiasis o anemia de los mineros. La denuncia se fundamenta en el incumplimiento por parte de la compañía de lo establecido en materia de lucha contra esa enfermedad, en los términos que ya la legislación de la época recoge en la Real Orden de la Presidencia de 3 de enero de 1912 (2). A esta denuncia, se le une otra realizada por organizaciones obreras en términos similares como parte de las reivindicaciones realizadas con motivo de la festividad del primero de mayo. 

“[…] Casi todas las minas de esta comarca están infectadas por el anquilostoma. La denuncia de este horroroso mal social que nos azota a los mineros, fue hecha a Vuestra Excelencia con motivo de la celebración de la fiesta del Primero de Mayo. […]” 

“[…] las órdenes del Gobierno se hayan desvirtuado al confiar su cumplimiento a la Jefatura de Minas de esta provincia, que no parece que tenga otra obligación que cumplir que la de […]” 

A raíz de estas reclamaciones, dirigidas al Presidente del Consejo de Ministros, se realiza una investigación por parte de la Jefatura de Minas de Jaén para comprobar la veracidad de las denuncias. Las conclusiones de las actas de inspección manifiestan el cumplimiento de la legalidad por parte de las compañías y señalan que son las conductas de los mineros (andar descalzos, realizar sus necesidades dentro de la mina, etc.) las causantes de los efectos de la enfermedad. 

 “[…] La curación de la anemia, es problema cuya solución no se conseguirá hasta que el obrero esté educado en el cumplimiento de los deberes que una buena higiene exige. […]” 

Es destacable comprobar cómo la Federación Obrera Local canalizará las reivindicaciones laborales, despertando la conciencia de clase entre los obreros, convirtiendo el reconocimiento de la anquilostomiasis como enfermedad laboral en la reivindicación principal en la Fiesta del Trabajo del primero de mayo de 1916. 

La anquilostomiasis o anemia de los mineros se trata de una enfermedad producida por un parásito (Anchylostonum duodenale) que vive en el agua o en la tierra húmeda. Cuando el parásito infecta al hombre, se aloja en el intestino delgado, produciendo la enfermedad. La penetración del parásito puede hacerse por vía bucal, cutánea y respiratoria. Los alimentos y bebidas contaminadas son el modo más común de realizarse la infección, aunque también puede producirse por vía respiratoria. Igualmente la costumbre de andar descalzo puede ser motivo de contagio, por vía cutánea (3). 

La enfermedad se convirtió en un problema para la salud laboral en las minas, de tal modo que la Real Orden de 3 de enero de 1912 mandaba “inspeccionar las zonas mineras que se consideren sospechosas de infección de anquilostomiasis, y se disponían medidas de policía para evitar el contagio”. Entre las medidas sanitarias que se establecían para evitar el desarrollo y el contagio de la enfermedad estaban las siguientes: 


“[…] 5. º Que las compañías explotadoras saneen y desinfecten, conforme a las reglas y preceptos de la ciencia, los pozos y galerías infectadas y establezcan la conveniente ventilación. 6. º Que las Compañías prohíban ciertas evacuaciones portadoras de gérmenes en los trabajos interiores y que en ellos penetren descalzos los mineros. 7. º Que las compañías establezcan los retretes, lavabos y guardarropas necesarios en las inmediaciones de las bocas de entrada a los pozos y galerías, procurando la mayor limpieza y educación higiénica del minero. En las minas que sea necesario se exigirán retretes e inodoros portátiles dentro de las labores interiores[…]” 

En estos expedientes vemos cómo los obreros van tomando conciencia de clase frente a los propietarios de las minas y buscan la intermediación de la Administración para atajar los problemas de salud en los puestos de trabajo, algo que hoy día vemos normal. 

Esta documentación es muestra de la importancia que la minería tenía en la provincia de Jaén hace 102 años, una realidad que hoy nos parece muy lejana y prácticamente desconocida. 

Luis Quesada Roldán 
Archivo Histórico Provincial de Jaén 

(1) Ley de accidentes de trabajo, de 30 de enero de 1900 (Gaceta de Madrid núm. 40 de 9 de febrero).
(2) Real Orden de la Presidencia, de 3 de enero de 1912 (Gaceta de Madrid de 22 de enero de 1912). 
(3) Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Edición facsímil de 1908. Madrid: Espasa-Calpe, 1995. Tomo 5, pág 708.

Fuente:

lunes, 3 de diciembre de 2018

Situación del campo andaluz


El campo andaluz se ha caracterizado por los grandes latifundios, terratenientes y la extrema pobreza de las jornaleras y jornaleros. Esta desigualdades se mantienen a día de hoy junto a unas políticas de subsidios agrarios injustas que perpetúan la precariedad laboral en el campo. Hoy como ayer, la mejor forma de solucionar nuestros problemas como trabajadores y trabajadoras es conocer de primera mano las causas de los mismos, para así poder enfrentarlos de manera decidida y solidaria.

Hoy más que nunca la solidaridad obrera a pie de tajo sigue siendo imprescindible para mejorar nuestras condiciones de vida, pero también para construir una sociedad distinta sin explotación, mucho más libre, sin patrones ni caciques.

Para realizar un pequeño acercamiento a la realidad social de campo andaluz, os recomendamos que visualicéis este pequeño vídeo preparado por los compañeros y compañeras del grupo de trabajo de audiovisuales de la CNT de Córdoba: https://www.youtube.com/watch?v=KdTgLZ_tQRI También podéis ampliar leyendo este dossier sobre la cuestión.