(15 minutos, 1936) Una vez semiestabilizados los frentes y trazada una línea de combate en tierras aragonesas, la organización anarcosindicalista comenzó a pensar en proporcionar a su producción cinematográfica una nueva orientación encaminada a dar cuenta de algunos aspectos de la reorganización de la convivencia en aquellos lugares que habían quedado bajo el control de la CNT-FAI. Se trataba de mostrar al mismo tiempo el coraje de las milicias en los frentes y su capacidad para hacer realidad sus premisas revolucionarias en la retaguardia: guerra y revolución.
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