viernes, 31 de agosto de 2012

Radio 3 cancela 'Carne Cruda'


Comunicado de Javier Gallego, director y presentador del programa:

Queridérrimos oyentes,

Lamento muchísimo tener que comunicaros que la nueva dirección de Radio 3 y de RNE me acaba de despedir y ha levantado el programa "Carne Cruda" de su parrilla de emisión. Se cumplen desgraciadamente los temores que muchos me habíais manifestado y que yo había desestimado pues creí en la palabra del recién nombrado director de la emisora, Tomás Fernando Flores, que aseguró hace un mes que el programa continuaría la próxima temporada. A la manera del presidente del Gobierno, el nuevo responsable de Radio 3 responde lamentablemente al dicho "Donde dijo digo, digo Diego" aunque en su caso sería más apropiado decir "Donde dije digo, digo Tomás Fernando". Así, cuando fue nombrado director se comprometió conmigo a mantenerme en antena y a solo dos días de terminar el curso (y con todas las programaciones de radio cerradas, por cierto), me echa sin darme ni siquiera la oportunidad de despedirme en antena de vosotros, pues los programas de final del verano son grabados. Por eso lo hago desde aquí. Me pueden quitar el micrófono pero no la palabra. Y mucho menos, quienes no cumplen la suya.

La nueva dirección de la emisora, formada por Tomás Fernando y su segundo, Benito Pinilla, ha alegado motivos económicos para justificar mi cese y la retirada del programa. Por esa misma razón, hace un mes acepté una rebaja del 20% de mi sueldo y de la retribución del resto de colaboradores del programa, condición que hemos tenido que asumir todos los trabajadores externos de la casa para continuar en antena. Se supone que así cuadrábamos el exiguo presupuesto de la emisora. Pero ahora el equipo directivo dice haber encontrado inesperadamente un nuevo agujero presupuestario mayor del que creía y culpa a la anterior dirección de no haberle dejado las cuentas a su disposición. Solo le faltó a Tomás Fernando decirme que la culpa es de la "herencia recibida", por utilizar la terminología oficial del partido. La culpa es de la herencia y el culpable es Carne Cruda, por lo visto, pues es el único programa diario que va a ser suprimido de la parrilla, a pesar de haber doblado la "audiencia recibida" y de ser el espacio más seguido en Facebook de todo Radio Nacional. Pero no nos echaremos flores nosotros. Para echarnos ya esta Flores. Sí, nos ha echado Flores. Pero llenas de espinas.

Dice que nos echa porque el programa sale muy caro. No tengo ningún problema en publicar mi sueldo de autónomo, sin pagas extras ni derecho a vacaciones. Cobro alrededor de 1400 euros mensuales limpios después de pagar Seguridad Social, IRPF, el impuesto de sociedades y el resto de gastos de la empresa que tuve que constituir por exigencia de Radio Nacional, que trata así de evitar una relación directa con la persona física. Muchos de los colaboradores contribuyen desinteresadamente al programa y tres cobran una cantidad simbólica de 50 euros por colaboración después de haber trabajado gratis las dos primeras temporadas. El resto del equipo son contratados de RNE cuyos contratos siguen vigentes. Además, tras la noticia del despido, yo he ofrecido a Tomás Fernando Flores la posibilidad de negociar, lo que a él no parece habérsele ocurrido como solución. Me ha prometido consultarlo y llamarme. No lo ha hecho. No he vuelto a tener noticias suyas. Ni las puedo esperar de quien ya ha demostrado que no cumple lo que promete.

Por todas estas razones y por la forma poco verosímil en que me justificó su decisión, no pude creer a Tomás Fernando cuando se apresuró a decirme al cesarme que no era por motivos políticos, aunque yo ni siquiera los había sugerido. 'Excusatio non petita, acusatio manifesta' que decían los latinos, es decir, dime de qué te excusas y te diré de que te acuso. Yo acuso a la nueva dirección de Radio 3 de haberme engañado dos veces: cuando me dijo que seguiría y cuando me dice que no hay motivos ideológicos para que no continúe. Fui un ingenuo al creerle la primera vez. No seré tan idiota de creerle una segunda.

Su discurso y maneras se parecen tanto a las del actual Gobierno que cualquiera diría que el Gobierno está detrás. No voy a ser tan mal pensado. No está detrás. Está delante porque ni siquiera se molesta en ocultarlo. No han ocultado que les estorbaban periodistas que pueden ponerles en tela de juicio, como Ana Pastor, Toni Garrido o Juan Ramón Lucas, a los que han despedido cuando mas éxito tenían sus respectivos programas. Para ellos, mi respeto y admiración porque han caído por una causa digna y que los periodistas debemos dignificar: hacer periodismo. Lo dije cuando el Gobierno decidió tomar el control de la radio televisión pública gracias a su mayoria absoluta: Venceréis pero no convenceréis, como afirmó Unamuno. Hoy pienso que me equivoqué: ni vencen ni convencen. Convence el que tiene razones y ellos han demostrado que solo saben responder a los argumentos del contrario con la fuerza. Y no vencen porque cada decisión que toman les hace perder el escaso crédito que tienen entre gran parte de la ciudadanía, incluidos algunos de sus votantes.

Yo sí que siento que he ganado muchísimo en estos tres años fabulosos de radio. He ganado a la audiencia más viva, inquieta, exigente, combativa y bulliciosa que un programa puede desear, incluidos algunos críticos feroces que siempre conviene tener para la sana confrontación de opiniones. He ganado la posibilidad de hacer radio en libertad y el privilegio de compartirlo con un equipo esforzado y talentoso que se ha dejado la piel en las ondas. Ha sido un placer inconmensurable y un privilegio compartir con ellos y con vosotros tantas experiencias radiofónicas y periodísticas estimulantes y emotivas, tantas horas de discusión, ideas, lucha, indignación y pensamiento crítico. Ha sido una satisfacción aprender de los muchos errores y tener la oportunidad de enmendarlos y tratar de mejorarnos a cada paso. Os doy mi palabra de que lo hemos hecho lo mejor que hemos sabido. A los que dirán que tengo lo que me merezco, solo puedo darles la razón. De hecho, este programa y su audiencia es mucho mas de lo que esperaba como recompensa. Por eso sigo contento en este momento triste. Puede que me hayan quitado el programa y el trabajo pero ya no me pueden quitar lo radiado.

Sé que solo soy uno de tantos que pierde su empleo en estos días amargos. Sé que solo soy uno de tantos periodistas que pierde su trabajo en este país precario. Y sé que Radio 3 seguirá siendo una grandísima emisora sin el programa pues cuenta con una plantilla con mucho talento que hace un enorme trabajo con muy pocos medios. Lo que quiero decir es que yo soy uno más. Pero aparte de mi pena personal y de la que sentiréis muchos por la pérdida de Carne Cruda, creo que hay algo más importante que todos tenemos que defender. Parafraseando mi adorada película "Amanece que no es poco", todos somos contingentes pero la radiotelevisión pública es necesaria. Es necesario un medio de comunicación público independiente y crítico que sirva a los ciudadanos para controlar a este Poder. Y es más necesario que nunca cuando el Poder trata de gobernar a golpe de decreto y tijeretazo, sin control por parte del ciudadano y tratando de controlar hasta los pensamientos que éste tiene. Hay compañeros en Radio Nacional que tratan de salvaguardar su dignidad profesional y un periodismo decente en estos tiempos oscuros de purgas, censuras y consignas informativas que ya se están imponiendo en Radio Nacional. Les deseo suerte, fuerza y sobre todo, valor. Valor es lo que más necesitamos en estos tiempos.

Yo creo haber luchado por la radio pública desde dentro. Ahora me toca hacerlo desde fuera. Cuento con vosotros. Que la radio libre os acompañe.

Javier Gallego "Crudo"

NOTA: Carne Cruda tiene nuevas direcciones de internet en las que puedes seguir en contacto con nosotros.

Ante el previsible cierre de nuestro facebook, nos trasladamos a Carne Cruda Vive: http://www.facebook.com/carnecrudavive

También puedes seguir a la comunidad de oyentes que se ha organizado desde hace tiempo para evitar el cierre del programa: http://www.facebook.com/SalvemosCarneCruda

Y hemos abierto una cuenta en twitter: @carnecrudaradio

martes, 28 de agosto de 2012

Cómo aprender a volar. Begoña Abad


Tener la certeza de pertenecer
al árbol en el que eres rama
y de reconocer las raíces
desde la tierra que lo alimenta
hasta la última de sus criaturas
que en él anidan o se posan.

Confiar en que el viento
que nos azote fuerte
sólo conseguirá que las hojas
canten la misma cantinela
y que,llegado el otoño,
las que caigan serán abono
para las que vuelvan a nacer en primavera.

Disfrutar mientras tanto
de las sombra que nos damos,
no que nos hacemos,
y de la brevedad del tiempo
que compartimos en los abrazos.

Por que cada brote de este árbol
crece en su tiempo y espacio
como sólo es posible hacerlo
desde la libertad.

Begoña Abad. Cómo aprender a volar. Ed. Olifante. 2012.

jueves, 23 de agosto de 2012

El ángel del hogar era una esclava

Circula por las redes, siempre en tono de chanza, más de un documento con los que el régimen franquista aleccionaba a las mujeres sobre su comportamiento en el hogar. Esos que instruían sobre artes culinarias, estética, sumisos modales, delicadeza, cuidado de los hijos, paciencia con el marido, intachable moral cristiana, generosidad, sacrificio, bla, bla, bla. Pero conviene tener en cuenta aquella siembra para que no sorprendan algunos frutos de la recolección actual.

El Fuero del Trabajo de 1938 obligaba a despedir a las mujeres de ciertos empleos cuando contraían matrimonio. Tiene que sonarles, es de antes de ayer, se lo habrán oído a sus abuelas. Pues bien, posteriores legislaciones hundieron aún más el empleo femenino al conceder subsidios y prestaciones a las familias en las que la esposa permanecía en casa, poniendo fin a la protección de la maternidad, que en España se contemplaba desde 1931. ¿Subsidios por quedarse en casa? Esto sí que suena… muy reciente… “Las familias alemanas que cuiden a sus hijos en casa sin recurrir a guarderías u otros servicios públicos obtendrán un subsidio estatal a partir de 2013. El año que viene será de 100 euros mensuales por cada hijo de entre 13 y 24 meses”, contaba Juan Gómez,  corresponsal de EL PAÍS  en Berlín, hace cuatro días. Donde pone familias pongan mujeres y no habrán errado el tiro. Dirán que eso es Alemania y poca influencia habrá tenido el nacionalcatolicismo español en dicha medida. Y ahí sí se equivocarán, porque no hay más globalidad que lo que atañe a discriminaciones de género. Las mujeres, en todos los países, han tenido su ineludible catecismo de buenas costumbres y su libertad embridada en alguna época, que todavía es, también en Alemania, antes de ayer.

Enseñando a señoritas y sirvientas, el libro que Matilde Peinado Rodríguez acaba de publicar en Catarata, mueve a la risa –cómo no va a hacerlo- cuando reproduce algunas de aquellas lapidarias lecciones: “Nada complace tanto a la psicología masculina como la sumisión de la mujer, y nada complace tanto a la psicología femenina como la entrega sumisa a la autoridad masculina”, decía Pilar Primo de Rivera, inagotable fuente de humor. Entonemos un ja en su memoria. Relajada la mandíbula, veamos como no faltan ocasiones hoy en día para apretarla.

Porque ahí está la gran valía del libro mencionado, que señala el camino que han seguido esas enseñanzas hasta llegar a la actualidad. Peinado Rodríguez demuestra cómo algunas actuaciones domésticas o ciertas políticas públicas, antes de calificarse de sensatas o insensatas, ocurrencias o meditadas reflexiones, son, desde luego, el pegajoso fruto de aquella siembra.
 
El ángel del hogar era una esclava, dice el título de este post. En una España profundamente empobrecida es ilusorio pensar que se podía prescindir de la mano de obra femenina, vital para la economía familiar. Así que ahí estaban las aceituneras, las escardadoras, las vendimiadoras, que convertían en zarandajas todo eso de la protección de la mujer y su angelical presencia en el sereno orden del hogar. Incluso estaban aquellas, maestras por ejemplo –no había muchos más ejemplos de trabajos para ellas fuera de la casa-, dispuestas a desempeñar su tarea sin remuneración alguna con el fin de “mejorar su posición en el mercado matrimonial”. Y luego, cuando llegaban a casa, le esperaba la doble jornada, la propia de su sexo. Esto de la doble jornada también les sonará, sin duda. Y decía el nacional-sindicalismo: “Pero trabajarás racionalmente, mientras seas soltera, en tareas propias de tu condición de mujer. Después, cuando la vida te lleve a cumplir tu misión de madre, el trabajo será únicamente tu hogar”. Que se lo pregunten a las aceituneras mismo. Así que, la película que vendían no solo era reprochable a vista del siglo XXI, era, además, mentira.

Y a cambio de qué trabajaban estas mujeres. “Por un jornal semejante al que ganaban los niños y  muchachos, la mitad más o menos de lo que ganaba el hombre”, cita Peinado Rodríguez en su libro. Esos ecos llegan a nuestros días, mitigados, puede, pero correosos. A igual desempeño muchas mujeres cobran menos que sus compañeros. En las empresas se hace con guante blanco y subterfugios varios (unos ascienden y otros no y todos hacen lo mismo, por ejemplo), pero entre el campesinado y otras tareas manuales aún se encuentran casos flagrantes. Y cuando se pregunta por esto en los institutos aún algunos estudiantes lo ven bien. Tantos años de moral torcida no iban a caer en saco roto.

La deshonra de que una mujer tuviera que trabajar de casada caía también sobre el marido (en las clases medias, claro, porque en las bajas ni se cuestionaba). Esta ideología, que todavía tiene su estela en la actualidad, “era tremendamente útil a los intereses del Estado, que solo de esta forma pudo mantener bajas tasas de desempleo”.
 
Para ir acabando –mejor leer el libro- un repaso al ayer y hoy de la soltería de las mujeres porque aquellos polvos también dejaron lodos al respecto. Dice Peinado Rodríguez: “Las importantes transformaciones educativas, laborales, sociales y culturales en pro de la emancipación de la mujer no han conseguido desterrar la visión lastimera y paternalista de las mujeres que afrontan su vida en solitario”. Habrá de pasar el tiempo para que la sociedad espante aquellas caricias que el régimen destinaba a las solteras: qué diferencia, la mujer callada y servil a la sombra del hombre o de la vida consagrada frente a la solterona egoísta, estrafalaria y frívola que no se casa “por estar demasiado pendiente de sí misma o por temor a los deberes y cargas del matrimonio”. “Furiosas contra su destino, sin acertar a mirar a lo alto. Son unas desgraciadas, su vida está llena de amarguras”. Cielos, no es de extrañar que trabajaran gratis con tal de casarse. Ni que esa mancha de aceite impregnara las coplas y aun el desasosiego actual.

Ay, el ángel del hogar. Ni para morirse podía abandonar su sagrada tarea de la casa. Miren esta inscripción de 1884 en una lápida del cementerio de Montjuic: “Tan buena esposa como cariñosa e inteligente madre, viviendo exclusivamente la vida del hogar y sin dejar más huellas en el mundo que la de su virtud, le abandonó la existencia cuando esta era más necesaria para la dicha de su esposo y el cuidado de sus hijos”. Cachis, qué inoportuna.  ¿Y creen que esto no ha llegado a nuestros días? Esquela del Abc de un día cualquiera de febrero de 2012: “En su maravilloso empeño de esposa, madre, abuela y bisabuela, al constante servicio de una extensa familia, fue encantadora y exigente, un ejemplo de amor y dedicación para todos, con cristiana sensibilidad…”.

Decía aquel manual de Pilar Almansa Martínez de 1942 titulado Lecciones para la formación de las instructoras del hogar, que los tres fines de la niña o mujer son: el fin natural (hija, esposa y madre), fin histórico (criar hijos, educarlos y ejercer un oficio: magisterio, sanidad y artesanía preferentemente) y fin sobrenatural. Este último no se explica, ni yo lo comprendo. Pero viendo esas lápidas y esquelas de Montjuic y el Abc



 http://blogs.elpais.com/mujeres/2012/06/el-angel-del-hogar-era-una-esclava.html

sábado, 18 de agosto de 2012

Miquel Izard, "Que lo sepan ellos y no lo olvidemos nosotros" (Virus, 2012)

Miquel Izard, Que lo sepan ellos y no olvidemos nosotros. El inverosímil verano del 36 en Cataluña, Virus, Barcelona, 2012, 392 páginas. 

Aquel inverosímil verano del 36 no por esperado resultó menos sorprendente para toda la sociedad catalana y para los que desde fuera de Cataluña pudieron seguir de cerca unos acontecimientos que se desencadenaron de manera trepidante.

El golpe de Estado del general Franco hacía tiempo que se incubaba. De eso eran conscientes tanto los que de una u otra manera simpatizaban o colaboraron con el mismo, como el movimiento obrero que, organizado principalmente en la CNT, salió a la calle no para defender las conquistas sociales que la República no le quiso dar, sino para avanzar hacia una sociedad sin clases y sin desigualdades sociales tras conseguir la derrota del fascismo.

La rabia inicial se transformó en furia creadora y, de la noche a la mañana, las convenciones sociales, las formas de producción, las estructuras de decisión y la vida cotidiana anterior saltaron por los aires, y Cataluña entera se puso manos a la obra para construir una sociedad sobre las bases de la libertad y la justicia social para todos y todas.

Al contrario de lo que se puede leer en tanta historiografía oficial, no fue Barcelona y no fueron los «murcianos» los únicos protagonistas de la revolución social, fue el conjunto de obreros y campesinos de toda Cataluña los que salieron a la calle y tomaron el futuro en sus manos.

La obra colectivizadora en las fábricas y el campo, la expropiación de locales de la burguesía y de la Iglesia para escuelas, comedores y hospitales —además de para locales de sindicatos, partidos y asociaciones—, la creación de comités municipales y de defensa se extendió por toda Cataluña, de manera espontánea, sobrepasando muchas veces a las propias organizaciones obreras y borrando de un plumazo las relaciones de poder anteriores.

También la represión sobre fascistas, algunos elementos de la burguesía o sus colaboradores y sobre el clero se dejó sentir en todo el país, pero ni ésta fue tan ciega, ni tan numerosa, ni fue obra sólo de incontrolados o de miembros de la CNT. Y, sobre todo, no fue Barcelona donde hubo proporcionalmente más muertos, sino en algunas zonas rurales donde el caciquismo y la Iglesia habían jugado un papel especialmente represivo, como nos demuestra Miquel Izard en su abrumador trabajo: una radiografía de los seis primeros meses de revolución social en Cataluña, a partir de las noticias de la época y los escritos dejados por sus protagonistas y observadores de todo el espectro político —tanto los partidarios como los críticos—, en aquel lejano y extraordinario verano del 36 que unos se esfuerzan por recordar, mientras otros se empeñan en enterrar.
 
- Reseña de Manuel Delgado en su blog El cor de les aparences.

jueves, 16 de agosto de 2012

Igualdad Animal investiga y denuncia a las granjas de foie gras

Con más de 350 fotografías y decenas de horas de vídeo, esta investigación es quizás la más impactante y extensa presentada jamás sobre la industria del foie gras. Y para mostrar que esta crueldad no se trata de casos aislados, hemos grabado también en la granja de mayor producción de Cataluña, Can Ruet, que provee a Collverd, la empresa de Jordi Terol, presidente y máximo representante de la industria del foie gras en España.


  • Patos que permanecían conscientes hasta el momento en que les cortaban el cuello y aleteando y pataleando sin cesar mientras se desangraban.
  • Animales encerrados en diminutas jaulas individuales, donde ni siquiera podían darse la vuelta.
  • Patos con claros indicios de estrés y depresión.
  • Animales con evidentes problemas respiratorios.
  • Patos debilitados a los que se dejaba morir sin atención veterinaria.
  • Animales muertos dentro de las jaulas individuales.
  • A un operario pisando el cuello de un pato con la trampilla de una caja.
  • A operarios tratando bruscamente a los patos durante su transporte.
  • A un operario estresando a propósito a un pato como forma de diversión.
  • Patos que se movían con dificultad debido al volumen de su hígado.