miércoles, 30 de octubre de 2013

Concentración silenciosa contra la privatización de los cementerios


Desde CNT Jaén manifestamos nuestra rotunda oposición al anunciado proceso de privatización de los cementerios municipales.

Desde hace tiempo CNT asiste con rabia a la esperpéntica situación del cementerio de San Eufrasio. Nuestra organización lamenta que, lejos de acometer las obras necesarias para la reapertura permanente del cementerio, ahora se pretenda privatizar su gestión.

Denunciamos que la privatización de los cementerios municipales supondrá un aumento descomunal de las tasas por los servicios funerarios. Tampoco creemos que la privatización suponga un ahorro para las arcas del Ayuntamiento sino, por el contrario, un suculento negocio para alguno de los empresarios amigos de los políticos que nos gobiernan. Ya estamos hartos de que nos roben y engañen.

Por otro lado, denunciamos que la privatización de los cementerios puede ser la antesala de otro episodio de especulación urbanística del que saldrán beneficiadas las constructoras y empresas particulares de los amigos de los políticos que nos gobiernan.

También queremos denunciar la hipocresía del gobierno municipal del PP, que dice que no hay dinero para acometer las obras de remodelación del cementerio pero sí tiene dinero para levantar monumentos y organizar fastos en homenaje a la Legión, la Guardia Civil y la Policía Nacional. También tiene dinero para subirle el sueldo a la Policía Municipal cuando, paradójicamente, la sombra de los despidos planea sobre los trabajadores del Ayuntamiento.

Para finalizar, nos oponemos a la privatización de los cementerios porque en el Cementerio de San Eufrasio se encuentran las fosas de los miles de jienenses fusilados durante la dictadura franquista, muchos de ellos antiguos militantes de la CNT de toda la provincia de Jaén, y no queremos que su destino dependa de la gestión de una empresa privada.

Por eso mismo, exigimos la paralización del proceso de privatización de los cementerios municipales y el arreglo y apertura permanente del Cementerio de San Eufrasio.

martes, 29 de octubre de 2013

[Audio] Charla solidaridad con Noelia Cotelo en Zaragoza

El 19 de octubre de 2013 tuvo lugar una charla solidaria con Noelia Cotelo, presa represaliada que ahora mismo se encuentra en el CP Albolote, en Granada. La charla fue organizada por Mujeres Libres de CNT de Zaragoza.
Un duro testimonio de la madre de Noelia, Lola Riveiro, que ha editado Radio Topo y en el que intervienen también miembros de colectivos pro-pres@s y Mujeres Libres.

Noelia Cotelo Riveiro
Ctra. Comarcal 220, Km.6, 18220 – Albolote (Granada)
Módulo de Aislamiento

Pincha aquí para escuchar el audio


Fuente: http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/26692

miércoles, 23 de octubre de 2013

Debate entre García Rúa y Carlos Taibo. Vigencia y actualidad del ideal libertario

Dentro de las jornadas libertarias del Octubre Rojinegro del año 2013 que organiza la CNT-AIT de Granada, se realizó en la Biblioteca de Andalucía un debate entre José Luis García Rúa y Carlos Taibo sobre la vigencia y actualidad del ideal libertario.

martes, 22 de octubre de 2013

Hijos del pueblo… ¡A las barricadas! La recuperación de dos himnos históricos (CD)


Son dos las canciones que han destacado siempre entre todas las demás que han acompañado a la historia de la CNT y que han alcanzado la categoría de himnos; "Hijos del pueblo" y "¡A las barricadas!".

"Hijos del pueblo" data de 1885 y fue compuesta por el tipógrafo alicantino Rafael Carratalá Ramos. "¡A las barricadas!", por su parte, es una versión de la "Warszawianka" ó "Varsoviana", canción compuesta en prisión por el poeta polaco Waclaw Swiecicki en 1883. En noviembre de 1933 se publicó la partitura en el periódico "Tierra y Libertad" de Barcelona, con letra de Valeriano Orobón Fernández y arreglos musicales para coro de Ángel Miret. Aquella versión se tituló "Marcha triunfal. ¡A las barricadas!" y en poco tiempo ganó en popularidad a la tradicional "Hijos del pueblo".

Ambas canciones fueron grabadas en 1936 por el Orfeó Cátala de Barcelona bajo la dirección de Francesc Pujol, por encargo del Comité Nacional de la CNT. En el caso de "Hijos del pueblo", con una letra diferente a la original de 1885, más corta y orientada a la confrontación bélica.

Las grabaciones de las dos canciones que han llegado a nuestros días tienen gran valor histórico, pero lamentablemente, muy baja calidad sonora. A pesar de lo cual, se seguían usando por no existir ninguna versión "restaurada".

Con motivo de la conmemoración del centenario de la CNT, se puso encima de la mesa una vieja idea: La regrabación de "Hijos del Pueblo" y "¡A las barricadas!".

El primer paso fue el de localizar las partituras, para lo cual nos dirigimos a la Fundación Anselmo Lorenzo, con la esperanza de que estuvieran depositadas en sus archivos. Desgraciadamente, nos informaron de que si aún existían, estaban desaparecidas, probablemente extraviadas ó destruidas al finalizar la guerra. Nos pusimos después en contacto con los compañeros de "Tierra y Libertad" que nos hicieron llegar la partitura de "Marcha triunfal. ¡A las barricadas!" de 1933 y dos de "Hijos del pueblo"; la original y la versión de 1936.

Comprobamos que sólo existía una partitura para voz y piano, faltaba toda la orquestación. Esto significaba que había que volver a reconstruir la partitura general, es decir, las voces de cada instrumento y del coro. A primeros de Abril de 2009, el compositor Juan Manuel Yanke empezó a trabajar con lo limitados materiales que le facilitamos.

En el caso de "Hijos del pueblo", se ha inspirado en la grabación de 1936, con una larga introducción musical a la que ha añadido su sello sinfónico personal antes de la contundente entrada del coro, entonando la letra original de 1885.

Su versión de "¡A las barricadas!" sorprenderá sin duda por sus diferencias con respecto a la grabación de 1936. Juan Manuel Yanke hace en la introducción sendos guiños a la: versiones alemana y rusa de "La varsoviana", con entrada del coro suave y escalonada. Tras una pausa, todas las voces se incorporan con toda su fuerza.

Hay algunos giros melódicos y rítmicos diferentes a la versión grabada en 1936 y tiene su explicación: la partitura en la que se ha inspirado es anterior a la que utilizó el Orfeó Català, por lo que podemos considerar que se ha recuperado la versión original.

Tras varios meses de arduo trabajo componiendo, escribiendo, arreglando, juntando instrumentistas y cantantes de diferentes masas corales... tras largas horas de ensayos correcciones, el 14 de Noviembre de 2009 tuvo lugar la grabación definitiva en el conservatorio "Juan Crisóstomo de Arriaga" de Bilbao.

Como conclusión hay que resaltar que en el caso de "¡A las barricadas!" es la primera ve que se graba con orquesta y coro desde 1936. La recuperación de "Hijos del pueblo" es aún más emocionante, ya que nunca se había grabado en estas condiciones con su letra original.

Edita: CNT Bilbao
Formato: CD
Fecha de publicación: Noviembre 2010
2,50 €

domingo, 20 de octubre de 2013

Los anarquistas bajo la dictadura de Pinochet

Salvador Allende y Augusto Pinochet son las personalidades políticas chilenas más conocidas a nivel mundial. El inédito advenimiento del socialismo por la vía democrática en los tres años de la Unidad Popular (1970-1973) y la imposición forzosa del neoliberalismo, así como la sistemática violación a los Derechos Humanos en la Dictadura Militar (1973-1989), son a su vez, los procesos y hechos históricos más comentados cuando se habla de ese país. Por estos días se conmemoran 40 años del golpe de Estado que inició uno de los capítulos más tristes en la historia de quienes habitan la región chilena. Proceso cuyos alcances sociales, culturales y económicos se proyectan hasta la actualidad. Y es que después de todo se trata de un pasado demasiado presente. 

Y en esta historia ¿dónde estaban los anarquistas? ¿Cómo leyeron esa realidad y cómo intentaron transformarla? A continuación haremos un esbozo de la actuación de los libertarios en los tiempos de la Dictadura Militar, crudas décadas que paradójicamente testimoniaron el resurgir del pensamiento y la acción libertaria en ese país.

El 11 de septiembre de 1973 comenzó en Chile un Gobierno Militar que se prolongó hasta 1989. Toda la izquierda quedó proscrita y sus militantes fueron sistemáticamente perseguidos, expulsados del país, encarcelados, torturados y vejados, y aún miles fueron asesinados y desaparecidos. El Estado fue reformulado, restringiéndose radicalmente la libertad de asociación y opinión, al tiempo en que su estructura se adaptó a la implementación forzada del neoliberalismo a ultranza.

Dada la dispersión y el hecho de que no constituían entonces una amenaza real para el nuevo orden, la represión no cayó directamente sobre los libertarios, como sí lo hizo frente a la izquierda marxista leninista. Las pocas organizaciones anarquistas que actuaron en los días del gobierno socialista, como el Movimiento Sindical Libertario y la Federación Libertaria de Chile, desaparecieron y algo más de una veintena de sus activistas se exiliaron en Argentina, Italia, Suiza, Holanda y Francia, principalmente. Antes de eso, sin embargo, algunos de ellos pasaron por los centros de tortura implementados por la Dictadura. 

Tras el Golpe, pequeños grupos e individualidades aisladas intentaron aportar a la resistencia, tanto en el interior de la región chilena como en el extranjero. Dentro del país los pocos libertarios que quedaban se re-articularon veladamente participando en organizaciones relacionadas con los derechos humanos, el sindicalismo, el feminismo, el naturismo y el cooperativismo. La solidaridad hacia los presos de la Dictadura fue una de las principales banderas agitadas por los antiautoritarios. Muestra de ello es la que expondremos a continuación.

La Norsk Syndikalistisk Forbund (NSF), una central de trabajadores libertarios de Noruega adherida a la Asociación Internacional de Trabajadores (organización mundial anarco-sindicalista), colaboró con el Comité de Defensa de los Derechos Humanos y Sindicales en la tarea de sacar del país a presos de la Vanguardia Organizada del Pueblo para enviarlos a Noruega. La VOP, recordemos, había sido perseguida por la Unidad Popular y se encontraba aislada por toda la izquierda partidista, tras el asesinato que perpetraron en 1971 contra el ex ministro Edmundo Pérez Zujovic, a quien se responsabilizaba por la muerte en 1969 de varios pobladores en Puerto Montt. Más de siete presos de esa organización fueron sacados del país y liberados de su inminente peligro de muerte por los esfuerzos conjuntos de los defensores de derechos humanos en Chile y los libertarios europeos. Una breve y simbólica muestra de esa novedosa unión es una carta, fechada en 1978, de dos presos políticos en Santiago a la NSF:

«Siendo ésta, la libertad del hombre, una de las preocupaciones fundamentales de los anarquistas, deben estar presentes en su construcción, junto a combatientes de otras ideologías, como los marxistas, cristianos revolucionarios, etc., de tal manera que la Revolución no sea propiedad de un grupo reducido de personas, sino de verdad de todo el Pueblo».

Paralelo a todo lo anterior hubo intentos de reagrupación de organizaciones específicamente libertarias. En 1985, por ejemplo, se fundó en Santiago el Centro de Estudios Sociales Hombre y Sociedad, una organización (bajo la fachada de un club deportivo) compuesta principalmente por antiguos anarco-sindicalistas. Además de esta instancia hubo otros pequeños y fugaces grupos que apostaron por la lucha armada y el sabotaje. 

Junto con la actividad en el interior del país cabe señalar aquella realizada por los anarquistas criollos dispersos en el exilio y los grupos extranjeros que colaboraron, fugaz o permanentemente. Entre estos últimos está la Federación Obrera Regional Argentina, la Confederación Nacional del Trabajo en España, la Fédération Anarchiste de Francia, la Freie Arbeiter-Union alemana, el grupo Workers Emancipation de Estados Unidos, la Norsk Syndikalistisk Forbund noruega, la Sveriges Arbetares Centralorganisation sueca, y la Asociación Internacional de Trabajadores. Todas ellas apoyaron de diversas formas a los anarquistas y sindicalistas de Chile, ya sea generando periódicamente diversas actividades solidarias para reunir dinero o bien difundiendo la situación de este particular país sudamericano. 

Varios de los libertarios criollos que marcharon al exilio, unidos a otros refugiados anarquistas que entonces estaban en Europa, crearon la Coordinadora Libertaria Latinoamericana en 1978. Con ella se denunció sistemáticamente la represión que se realizaba en Chile y otros países del continente ocupados por dictaduras militares. Ellos, además, organizaron el Primer Encuentro de Libertarios Latinoamericanos en el Exilio que se desarrolló en Paris el 31 de enero de 1981, al que asistió medio centenar de anarquistas en esa condición.

Ciertamente los anarquistas constituyeron un grupo muy minoritario dentro de la resistencia anti-dictatorial, tanto en el país como en Europa. Sin embargo algunas acciones de solidaridad lograron cierto alcance e impacto más allá de sus reducidos grupos. Tal fue el caso del apoyo a los presos de la VOP o las campañas de denuncia del régimen que se realizaron en Europa, por ejemplo. Algo estaba pasando en el interior del movimiento libertario. Y es que a partir de los esfuerzos de solidaridad y reorganización que se realizaron en estos años, los anarquistas chilenos comenzaron su era de rearticulación. 

La caída del muro de Berlín y el desprestigio del llamado “socialismo real”, el retorno de libertarios exiliados, una nueva ola de interés de la juventud respecto al pensamiento ácrata, la irrupción de la música punk, y otros innumerables procesos colaboraron también en ese resurgir. Pero esa ya es otra historia. Aquí acaba este breve repaso. Sin duda múltiples microhistorias han quedado fuera, ya sea por la brevedad del espacio con el que contamos, o bien porque no dejaron huellas. Y es que después de todo, las imágenes del pasado que recreamos serán siempre aproximaciones.
Anarquismo social o anarquismo personal. Un abismo insuperable
Murray Bookchin
104 páginas
Virus, Barcelona, 2012
En este libro fundamental, Murray Bookchin desarrolla una contundente y sólida crítica a las corrientes anarquistas individualistas de las últimas décadas, y que muestran a este autor como uno de los más fértiles pensadores ácratas del siglo pasado (recordemos sus aportaciones al municipalismo libertario o su impresionante La ecología de la libertad). Escrito en 1995, justo cuando dichas corrientes empezaban a difundirse en el Estado Español, especialmente entre sectores de grupos de jóvenes libertarios, está precedido por una concisa pero excelente contextualización de Juantxo Estebaranz.
Partiendo de que «sus preocupaciones por el ego y su singularidad y sus conceptos polimórficos de resistencia están erosionando lentamente el carácter socialista de la tradición libertaria», el autor se detiene en varios autores y tendencias: el insurreccionalismo, el primitivismo o teorías antirracionalistas, neomísticas y de crítica a la tecnología y a la civilización industrial. Estas avanzan, en su mayoría, de las aportaciones de un individualismo criticado en su día por Bakunin o Kropotkin. De hecho, indica que, ya entonces, fueron interpretadas como «un lujo exótico de la pequeña burguesía, [...] un capricho de la clase media, mucho más anclado en el liberalismo que en el anarquismo». A su vez, Bookchin señala que dichas corrientes se basan en un «estilo de vida» (Social Anarchism or Lifestyle Anarchism es el título original) que se desentiende de la revolución social en pos de una autorrealización hedonista, y que cae en amplias y profundas contradicciones con los presupuestos que pretende defender.
Con un tono punzante y polémico, pero que no esconde una profunda reflexión teórica, poniendo sobre la palestra las fuentes directas, Bookchin revela sus motivaciones narcisistas («socialmente inocuas», subraya) y cuestiona la prevalencia del egoísmo, la fundamentación en el mito del individuo plenamente autónomo, su esteticismo y, en el fondo, la falta de compromiso real. Crítica, por tanto, una actitud elitista, arrogante, atravesada por el nihilismo posmoderno, que elude la responsabilidad y que cae en la frivolidad y que no busca más que la complacencia inmediata de los impulsos. Así, consiste en una encendida denuncia de teorías y prácticas políticas que encubren planteamientos pequeñoburgueses bajo un discurso contestatario y antiautoritario.
En cualquier caso, es importante destacar que, lejos del dogmatismo, Bookchin no postula una denominación única de anarquismo, pues no excluye estas tendencias dentro de él, sino que apuesta por añadir adjetivos para fijar las corrientes, a pesar de mantener (a mi juicio) posturas incompatibles. Por eso, formula la concreción práctica (no podemos olvidar sus fundamentales aportaciones acerca del municipalismo libertario o las tesis de La ecología de la libertad) de su postura en cuatro principios: confederalismo municipal, oposición al Estado, democracia directa y comunismo libertario. De esta forma, Bookchin apuesta por una anarquismo social que incide en el compromiso para/con la comunidad, en la construcción de organizaciones revolucionarias; que busca, en definitiva, una sociedad libre y justa para todas/os y no sólo para unas/os pocas/os que puedan permitírsela.
En suma, esta obra resulta una reafirmación de «la necesidad de un enfrentamiento organizado, colectivista y programático al orden social existente»; del anarquismo social como firme proyecto de emancipación de clase.
Alberto García-Teresa
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jueves, 10 de octubre de 2013

Cuestionando la escuela. Alternativas a la educación convencional

“La Escuela (pública, moderna) surge en el siglo XIX para resolver un problema de orden público, para amoldar el material humano a las exigen­cias de la producción (la fábrica) y de la política (la democracia). Reforma moral de la población, tendente a forjar “buenos obreros” y “buenos ciuda­danos”: ese fue su objeto. A partir de entonces, se abre una fisura descomu­nal, un hiato mayúsculo, en la historia de la transmisión del saber y de los procedimientos socializadores: se decreta la reclusión forzosa de la niñez y de la juventud, su confinamiento “educativo”. Desde esa hora y hasta hoy mismo, el “estudiante” se define como un prisionero a tiempo parcial. Pero a la infancia no se la enclaustró, sin más, para “educarla”. Se la encerró y se la encierra para otras cosas…La Escuela “sirve” para combatir y neu­tralizar las restantes esferas de transmisión cultural, las vías alternativas de socializa­ción de los saberes, como apuntó A. Que­rrien -esferas y vías menos permeables a los proyectos político-ideológicos de la institu­cionalidad, a las proclividades adoctrina­doras del Estado. Como anti-calle, y para un mayor control de la subjetividad, la Escuela aspira a la hegemonía educativa. La Escuela secuestra también para conferir a la “actuación pedagógica sobre la conciencia” la duración y la intensidad que requiere a fin de constituir hábitos y estructuras de carácter asimilados, y así lo denunció Bourdieu. Y vale la Escuela, añadió Donzelot, para que la población “interiorice” la pre­eminencia del Estado, organización que impone el rapto temporal de la juventud y fuerza a los padres a cooperar en tal captura y en tal retención. He aquí los propósitos prioritarios de la encarcelación intermitente…”

En estos tiempos de recortes y subidas de tasas en la enseñanza pública y de las consiguientes movilizaciones en contra, se hace ne­cesario (más aún) detenerse a reflexionar sobre qué educación es la que se está defendiendo y cuál es la que realmente queremos. Las pa­labras de Pedro García Olivo reproducidas arriba (extracto de Edu­cación obligatoria, en el nº 3 de la publicación En la Fila de Atrás) nos parecen un buen punto de partida para esta reflexión y crítica de la institución escolar.

La defensa muchas veces (si bien no todas) acrítica de la “educa­ción pública, gratuita y de calidad” que vemos como consigna habitual en estos días, es señal de cómo la escuela ha conseguido situarse en el imaginario colectivo como institución imprescindible, ostentando el monopolio de la distribución del conocimiento en una sociedad donde el aislamiento e individualismo son cada vez mayores y las relaciones comunitarias y su capacidad de transmisión de saberes han sido destruidas. La escuela es aceptada además como un elemento liberador, garante absoluto de la igualdad de oportunidades y oasis salvador de la miseria que amenaza a su alrededor. En definitiva, sin escuela no hay educación, y sin educación, hay pobreza y exclusión social.

Pero la finalidad de la escuela, como señala García Olivo, es bien distinta a la de educar y emancipar. Estas condiciones de monopoli­zación de la transmisión del saber y de aceptación popular de la es­cuela como necesaria y liberadora, hacen de la misma un instrumento de dominación y de perpetuación del orden social tremendamente poderoso.

Hasta ocho horas diarias de reclusión forzosa de la infancia en las que se le prepara para el futuro que le espera en el mundo laboral y en la sociedad adulta en general, enseñando por encima de todo a obedecer a la autoridad, a perseguir la obtención de méritos y recom­pensas y competir por ellos, y a delegar en otras personas la gestión y resolución de las propias necesidades (comenzando con la del propio aprendizaje) y del propio tiempo, mermando su capacidad de identi­ficar las motivaciones e intereses propios.

Otra visión del aprendizaje

Frente a este modelo oficial, existen y han existido a lo largo de los años otras formas de abordar el aprendizaje de los/as niños/as, con diferencias entre sí pero basadas todas ellas en el respeto de sus necesidades e intereses propios. Formas como las escuelas libertarias, la no esco­larización, las pedagogías no directivas, etc., que muestran mediante la práctica que el aprendizaje no tiene que venir impuesto desde fuera y contra la volun­tad y los deseos de los/as niños/as.

Una de las premisas básicas en que se basan estos modelos es el hecho de que aprender es un impulso natural en el ser humano y, por lo tanto, para aprender no hace falta “ser enseñado”. La curio­sidad natural es el principal motor del aprendizaje, de forma que el papel de los/as adultos/as (sean las familias o las personas que ejercen la función de acompañantes de los/as peques en estos espacios) no debe ser el de impartir co­nocimientos, sino facilitarles los medios y servirles de apoyo cuando lo necesiten.

Esta manera de hacer supone una in­dividualización de la enseñanza, elimi­nando el currículum oficial que todos/as deben seguir al mismo ritmo en la escuela convencional. El hecho de que cada niño/a se interese más por unas áreas que otras y que aprenda cosas distintas según su propio ritmo y curiosidad natural no se considera como algo negati­vo, ya que lo que se persigue no es la acumulación de conocimientos sino el desarrollo personal de cada uno/a, tanto en el plano intelectual como en el afectivo, y su autonomía. Por eso se facilitan espacios en los que los/as niños/as puedan tomar sus propias decisiones y resolver sus problemas en colectivo, además de poder elegir a qué actividad dedicarse, siendo ellos/as los/as protagonistas de su proceso vital.

De esto se deriva que no tiene sentido la evaluación de ningún tipo ni los juicios de valor, ya que no se juzga si una actividad o in­terés es mejor o más adecuado que otro y no hay ningún estándar de conocimiento que se pretenda alcanzar.

Igualmente carece de sentido la segregación por edades. La convi­vencia en un mismo espacio de niños/as de distintas edades hace que el ambiente se parezca más a un entorno social cualquiera que a las clases de una escuela convencional.

Estas características descritas son sólo algunos principios básicos tomados como punto de partida en los distintos tipos de escuelas o ambientes educativos no autoritarios, cada uno de ellos con sus par­ticularidades y formas de funcionamiento diferentes. Se nos acaba el espacio y no podemos entrar a describir como nos gustaría algunos ejemplos que están funcionando en la actualidad, pero sí queremos al menos nombrar al menos algunos de ellos para que quien esté interesado/a pueda informarse más en profundidad.

• Tartaruga, proyecto de pedagogía libre (Madrid) www.proyecto­tartaruga.blogspot.com (también se puede encontrar una entrevista al proyecto en el nº18 de esta publicación: www.todoporhacer.org/ entrevista-a-tartaruga-proyecto-de-pedagogia-libre).
• Espacio Waslala (Zaragoza) www.espaciowaslala.wordpress.com
• La Rueda, espacio de aprendizaje vivencial (Zaragoza) www.la­ruedablog.wordpress.com
• Ojo de Agua, ambiente educativo (Alicante) www.ojodeagua.es
•  La Pinya, projecte d’educació lliure (Barcelona)

martes, 8 de octubre de 2013

Figuras y corrientes del anarquismo en Estados Unidos

La historia del anarquismo, sea cual sea el país donde se estudie resulta apasionante. A espera de un ensayo más amplio, realizamos aquí un pequeño apunte sobre la cultura libertaria en los Estados Unidos de América, con sus importantes figuras y sus numerosas tendencias, resumidas en el espirítu de unas ideas no dogmáticas y en el deseo y conquista de una sociedad verdaderamente libre.

Como dice Paul Avrich, en su libro Historia oral del anarquismo en Estados Unidos, existe una gran variedad de opiniones en la cultura libertaria norteamericana. Johann Most (1846-1906), nacido en Alemania, recorrió gran parte de Europa antes de llegar a EEUU en 1882, país que no tenía una gran tradición socialista, pero recogía la notable influencia de anarquistas italianos y rusos. Most puede decirse que era partidario en un primer momento del anarquismo colectivista, en la línea de Bakunin, y llegó a ser un acérrimo defensor de la acción directa; era una figura radical de gran oratoria y su periódico, Freiheit, publicado primero en Alemania, después en Inglaterra y también reeditado en América. Esos años 80 del siglo XIX serán cruciales en el movimiento obrero norteamericano y será en el año 82 en Chicago cuando se funde la International Working People's Association, hecho en el que no puede rebajarse la influencia del propio Most. Será a partir de 1890 cuando Most se modere en sus llamamientos a la violencia revolucionaria y empiece a evolucionar del colectivismo al comunismo anarquista, del que Kropotkin era su principal pensador. Como es sabido, según esta teoría, serían los miembros de la comunidad en la sociedad anarquista los que juzgarían sus propias necesidades, superando de esa forma el trabajo asalariado, y tomarían del almacén común aquello que considerasen necesario. El optimismo antropológico de Kropotkin confiaba en que el progreso de la humanidad llevaría al fin de la explotación económica y de la opresión política, por lo que la sociedad sería al fin autónoma conquistando el bienestar y la libertad sin autoridad alguna.

Tanto Most, como Kropotkin, protestarán enérgicamente contra el juicio a los anarquistas de Haymarket. Un año después de ser ejecutados, Most declaró que aquello había adquirido una importancia histórica similar a la conmemoración de la Comuna de París; la integridad y valentía de aquellos hombres, llegará a decir años más tarde, "sigue siendo una lección para los viejos y una fuente de inspiración para los jóvenes". Kropotkin, conmovido también por aquella tragedia, seguirá desde entonces con gran interés el desarrollo del anarquismo estadounidense. Antes de visitar el país norteamericano, el gran pensador anarquista ya se escribía con militantes de aquellas tierras, leía sus publicaciones y les enviaba mensajes de apoyo; estaba al tanto de las otras corrientes, como la colectivista y la individualista, y llegará a citar a Most y a Tucker en su conocido trabajo para la Enciclopedia Británica. A la vez, Kropotkin empezará a influir notablemente a los anarquistas de Estados Unidos y sus artículos empezarán a aparecer en las principales publicaciones, como Liberty, de Tucker, Freiheit, de Most, Free Society, de Abe Isaak, o Mother Earth, de Emma Goldman. El movimiento anarquista norteamericano, a finales del siglo XIX, comenzará a ser de tendencia comunista libertaria por la gran influencia de Kropotkin; tal como dice Emma Goldman en sus memorias, Viviendo mi vida: "Era un hombre eminente en el campo del saber, reconocido como tal por las primeras figuras mundiales. Pero para nosotros significaba mucho más que eso. Veíamos en él al padre del anarquismo moderno, a sus portavoz revolucionario y al brillante ponente de la relación del anarquismo con la ciencia, la filosofía y el pensamiento progresista".

No obstante, los anarquistas individualistas como Tucker continuaban exaltando la libertad personal y desconfiaban de cualquier organización que pudiera conducir hacia formas burocráticas. Los individualistas, influidos por Max Stirner y su espectacular obra, confiaban principalmente en la educación y el conocimiento para la emancipación del ser humano desconfiando de cualquier revolución organizada. A pesar de ello, Tucker apreciaba el pensamiento de Bakunin y de Kropotkin, traduciendo al inglés Dios y el Estado, del primero, y publicando numerosos ensayos del segundo en Liberty. La labor más apreciada de Tucker fue la de periodista, uno de los más brillantes que ha dado el pensamiento radical norteamericano, y Liberty suponía una meticulosa publicación con una importante legión de colaboradores. El historiador Avrich considera que la aparición de Tucker constituye un hito en la historia del anarquismo en lengua inglesa, llevando a cabo una importante labor de divulgación durante 30 años con la edición de incontables folletos y libros. En 1908, Tucker se irá a Europa después de que un incendio acabara con su almacén de libros y periódicos; cada vez se mostrará más pesimista con el desarrollo del capitalismo y llegará a afirmar que "el monstruo está devorando a la humanidad". Se retiró a Mónaco donde no era conocido y su muerte en 1939 casi pasó desapercibida; una importante figura del anarquismo que merece recuperarse.

Hemos mencionado las tendencias colectivista, comunista e individualista, y todavía nos queda otras importantes: los anarquistas mutualistas, influidos por Proudhon, con rasgos tanto socialistas como individualistas; el anarcosindicalismo, surgido ya en el siglo XX y con la esperanza puesta en el movimiento obrero para autogestionar la economía y el conjunto de la sociedad; finalmente, los pacifistas, como el caso de Tolstoi, que rechazaban cualquier acción violenta revolucionaria. A pesar de las diferencias, todas estas tendencias compartían el objetivo de acabar con las instituciones coercitivas y fundar la sociedad sin Estado basada en la cooperación de individuos libres. Del mismo modo, todos ellos desconfiaron de cualquier forma de autoridad centralizada y previeron los peligros de la corriente marxista. Todavía podemos mencionar otra corriente ácrata, los anarquistas eclécticos, que rechazaban cualquier etiqueta y bebían de cualquier pensamiento libertario; era lo que Tarrida del Mármol llamó "anarquismo sin adjetivos", basándose en que el espíritu libertario debía rechazar cualquier tipo de dogma. En esa línea, Rudolf Rocker dirá que todas las corrientes, individualistas, comunistas o como quieran llamarse, son "solo diferentes métodos económicos, las distintas posibilidades prácticas de lo que todavía no se ha comprobado, y que el primer objetivo es asegurar la libertad personal y social de los hombres, no importando sobre qué base económica deba realizarse".

Otra figura que abrazó esa postura dentro del anarquismo fue Gustav Landauer, nacido en Alemania, que fue a la vez individualista y socialista, militante y defensor de la resistencia pasiva, periodista, filósofo, novelista, crítico, una figura enormemente versátil; también tradujo a importantes autores, no solo anarquistas, estuvo en contactos con los literatos del movimiento expresionista y tuvo una importante labor en el teatro de vanguardia. Desgraciadamente, fue asesinado por soldados en 1919 al ser una figura primordial de la revolución bávara; tras su desaparición, Rocker ocupará su lugar como uno de los más importantes autores alemanes del anarquismo. Poco puede añadirse a la gran figura que fue Rocker, después de haberse convertido en el motor del movimiento anarquista alemán y de ser uno de los principales fundadores de la Asociación Internacional de Trabajadores en 1922, tuvo que emigrar tras la llegada al poder de Hitler. Rocker llegará a Estados Unidos en 1933 y los siguientes 25 años de su vida los pasará en aquel país, escribiendo y dando conferencias a favor del anarquismo; ya hemos comentado ampliamente en otros textos sobre su gran obra Nacionalismo y cultura. En 1937, Rocker se estableció en la Colonia de Mohegan, en el condado de Westchester de Nueva York, lugar en el que se convertiría en una importante figura intelectual durante los últimos 20 años de su vida. Rocker murió en 1958, desapareciendo un autor fundamental del anarquismo a nivel internacional y también el experimento de Mohegan, una de las más importantes colonias libertarias en Estados Unidos.

Enlaces relacionados:
Breve historia del anarquismo en Estados Unidos.
Anarquismo en Estados Unidos (entrada en Wikipedia).
Voces anarquistas. Historia oral del anarquismo en Estados Unidos, de Paul Avrich.

sábado, 5 de octubre de 2013

Hablando de Durruti


CyLTV comienza un nuevo programa con el objetivo de elegir al castellano-leonés más importante de la historia. Entre los candidatos se encuentran ilustres ácratas como León Felipe, Basilio Martín Patino, Agustín García Calvo, Baltasar Lobo... y cómo no, Buenaventura Durruti.

A continuación os presentamos el reportaje sobre Durruti realizado por este canal en el que entre otros, aporta su visión Pedro Serna, actual Secretario General de la CNT.

https://www.youtube.com/watch?v=bNfnhZs6a4I

martes, 1 de octubre de 2013

El Código Penal castigará enviar tuits que inciten a alterar el orden público

El proyecto del Gobierno introduce un nuevo delito que sanciona con hasta 1 año de cárcel la difusión de mensajes de ese tipo "a través de cualquier medio". También prevé prisión para quienes ocupen bancos.

"La distribución o difusión pública, a través de cualquier medio, de mensajes o consignas que inciten a la comisión de alguno de los delitos de alteración del orden público (...) o que sirvan para reforzar la decisión de llevarlos a cabo, será castigado con una pena de multa de tres a doce meses o prisión de tres meses a un año".

Es el texto de un nuevo artículo introducido por el Gobierno en el Proyecto de Código Penal aprobado este viernes. La referencia a cualquier medio abarca desde Twitter a Facebook, o cualquier otra red social accesible en Internet.

Fuentes del Ministerio de Justicia aseguran que este nuevo tipo penal no supone la persecución de la difusión de convocatorias genéricas de manifestaciones, en las que, a posteriori, puedan registrarse actos violentos, sino que está vinculada al llamamiento a delitos concretos de alteración grave de orden público. 

Sin embargo, otras fuentes judiciales piensan que puede dar cobertura a actuaciones policiales desproporcionadas, como las llevadas a cabo contra los promotores de la manifestación del 25-S del año pasado para cercar el Congreso de los Diputados, que fueron archivadas por el juez Santiago Pedraz. 

Los delitos de alteración del orden público especialmente graves, que el proyecto propone castigar con entre 1 y 6 años de cárcel, pasan a ser aquellos donde "alguno de los partícipes" porte un arma u otro instrumento peligroso, o exhiba un arma de fuego simulada; o los supuestos de lanzamientos de objetos contundentes o líquidos inflamables, el incendio y la utilización de explosivos.

Pero igualmente graves, y con posibilidad de la misma sanción, se califican las alteraciones que "se lleven a cabo en una manifestación o reunión numerosa, o con ocasión de alguna de ellas". Las otras dos agravantes son que se produzcan actos de pillaje, o que el autor se prevalga de su condición de autoridad, agente de ésta o de funcionario público.

Los mensajes en Internet que quedarán prohibidos serán los que inciten a la comisión de alguna de esas alteraciones graves de orden público, según el proyecto.

El tipo no agravado del delito de alteración de orden público, con pena máxima de tres años de cárcel, queda así en el proyecto, que pretende modificar el artículo 557 del Código: “1. Quienes actuando en grupo o individualmente pero amparados en él, alteraren la paz pública ejecutando actos de violencia sobre las personas o sobre las cosas, o amenazando a otros con llevarlos a cabo, serán castigados con una pena de seis meses a tres años de prisión. Estas penas serán impuestas sin perjuicio de las que pudieran corresponder a los actos concretos de violencia o de amenazas que se hubieran llevado a cabo". Y "2.- Con las mismas penas se castigará a quienes actuaren sobre el grupo o sus individuos incitándoles a realizar las acciones descritas en el apartado anterior o reforzando su disposición a llevarlas a cabo.”

Desde la asociación progresista Jueces para la Democracia se considera que varios de estos artículos traslucen una voluntad del Gobierno por criminalizar algunas actuaciones típicas, no violentas, del movimiento de los indignados.

En ese sentido, recuerdan que el nuevo artículo 557.ter, de nuevo cuño, está claramente pensado para castigar -con penas de prisión de hasta seis meses- a los ciudadanos que han llevado a cabo ocupaciones de bancos en protesta por los desahucios. 

Ese artículo del proyecto dice: "Los que, actuando en grupo o individualmente, pero amparados en él, invadan u ocupen, contra la voluntad de su titular, el domicilio de una persona jurídica pública o privada, un despacho, oficina, establecimiento o local, aunque se encuentre abierto al público, y causen con ello una perturbación relevante de su actividad normal, serán castigados con una pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses". 

Andrés Muñiz
Fuente: PÚBLICO.