lunes, 27 de enero de 2014

El lenguaje secuestrado


El lenguaje no solo es el elemento por el cual dotamos de sentido a nuestra realidad inmediata, sino que también nos constituye como sujetos, articulando nuestras identidades, individuales y colectivas. Por lo tanto, adquiere automáticamente un marcado sentido político. A su vez, es una construcción social que se reproduce y reconfigura constantemente. Es plástico y maleable, como la propia identidad subjetiva. Este articulo repasa algunos de los muchos casos de manipulación del lenguaje que nos ofrece la historia reciente. Desde los eufemismos de los medios hasta la reinterpretación interesada de hechos históricos, imprescindible para cualquier identidad nacionalista, pasando por los ejercicios de exclusión, desplazamiento y olvido que han sido necesarios para acabar con la cultura y la identidad propias de las clases populares. Y sobre todo el texto pende una ominosa certeza: cuando la narración no fue suficiente para lograr estos objetivos, no faltó la retórica de las balas. 

Un artículo de Antonio Orihuela Parrales (CNT-AIT, Sindicato de Oficios Varios de Mérida). 

jueves, 23 de enero de 2014

Tres poemas de Antonio Orihuela



LA HORA DEL RECREO

Como la escuela es:
autoritarismo, esquizofrenia,
segregación clasista, adiestramiento,
memorización absurda de estupideces,
productividad cuantitativa,
competitividad, mentira
y fomento de la indignidad personal
con tal de acceder al éxito
en una sociedad podrida,
la escuela
no puede ser la conciencia moral de la comunidad
sino el reflejo de su estado más pavoroso,
el mercado
donde se deforma a los seres humanos
para que se conviertan en mercancías.

Una escuela así no puede cambiar el mundo
pero puede destruir a las personas.
Frente a ella, su aburrimiento e inutilidad,
nos queda aún la maravillosa hora del recreo
para pensar por ti mismo,
ponerte en lugar del otro
y llevar tu verdad
hasta donde tu verdad te dice que estás equivocado.

¡Ánimo!,
están a punto de tocar el timbre.

*

ANARQUISTAS Y LUCIÉRNAGAS

A veces creo que las luciérnagas somos nosotros,
una especie en peligro de extinción,
escasos, intermitentes, estacionales,
feos como una gamba
pero en la noche oscura
brillantes
y ahí.

*

EL TARDOCAPITALISMO TAMBIÉN COMO PROYECTO
LINGÜÍSTICO
No lo llames competencia porque es monopolio.
No lo llames derecho al trabajo porque es permiso de trabajo.
No lo llames información porque es publicidad.
No lo llames aplazamiento porque es censura.
No lo llames producción porque es alienación.
No lo llames movilidad porque es precariedad.
No lo llames flexibilidad porque es contrato basura.
No lo llames fin de contrato sino despido.
No lo llames depresión porque es impotencia.
No lo llames mobbing porque es malestar laboral.
No lo llames accidente laboral porque es terrorismo empresarial.
No lo llames emprendedor porque es empresario.
No lo llames ganancias netas
porque es destrucción de recursos no reproducibles.
No lo llames beneficio
porque es apropiación de economías externas.
No lo llames televisión porque es masajeo ideológico.
No lo llames autonomía porque es telefonía.
No lo llames tu victoria porque es nuestra derrota.


Antonio Orihuela. Antología Anarquista. Poesía siglo XX. Un gato negro editores, 2013

lunes, 20 de enero de 2014

El consumo y el control del deseo como estrategias de dominación


Analizamos una forma concreta de dominación, específica de una fase de desarrollo muy avanzada del capitalismo, como es el control del deseo de los individuos y su derivación hacia un consumo compulsivo y obsesivo que produce un desarme ideológico y un vaciado ético integral. Ponemos en relación la aparición de una nueva cultura en la que el consumismo adquiere una centralidad inédita con la aparición de la nueva espacialidad urbana a que ha dado lugar, una nueva ciudad concebida como centro comercial global, y nos centramos en las consecuencias sociales que acompañan a este proceso. Finalmente, analizamos diversas maneras de resistencia y superación en sentido revolucionario.

Martín Paradelo Núñez (CNT-AIT, Sindicato de Oficios Varios de Compostela).

miércoles, 15 de enero de 2014

El ciudadanismo: la sutil manera de manifestar la sumisión democráticamente

De proletarios pasamos a empleados. De sindicalistas pasamos a “cotizantes netos”. De revolucionarios pasamos a “alterglobalizadores”. Los carceleros ahora son “funcionarios de prisiones” y al despido libre y gratuito se le denomina “flexibilizar el mercado”. La tortura se denomina prevención, las cárceles reinserción, los ocupantes y los ejércitos son siempre –y en el peor de los casos- humanitarios. Las huelgas son legales, las empresas son “grupos”, los menores son casi siempre infractores, los marginados población excedente, los jefes son encargados y los juzgados son capaces de velar por los derechos humanos. Nosotros ya no somos pueblo sino que somos ciudadanos.
Los políticos piden el voto a los ciudadanos. Representan a los ciudadanos y velan por los intereses de los ciudadanos. Una mentalidad que se introyecta y se extiende de forma contagiosa entre la sociedad: asistimos al advenimiento del ciudadanismo. La palabra ciudadano hace hincapié en la individualidad de la persona, en la ausencia de cualquier aspecto colectivo. Somos autómatas y productivos ciudadanos. Buenos votantes y dóciles consumidores consumidos por el constante “equilibrio progresista” con el que hacemos las cosas. Siempre dentro de los cauces legales, siempre, de manera sistemática y cotidiana, reproduciendo los valores y las actitudes del neoliberalismo.
Si siempre pagas tus deudas eres un buen ciudadano. Si no te cuelas en el metro, si condenas el robo, el sabotaje y siempre prefieres la acción mediada a la acción directa, eres un estupendo ciudadano. Si desde tu simpatía por el sindicalismo crees que es fundamental el derecho al trabajo en día de huelga. Si cuando hay una injusticia delante de tus narices, el silencio es tu mejor amigo; eres un estupendo ciudadano.
Si crees que el capitalismo es el menos malo de los sistemas posibles que va de la mano con otro inevitable sistema llamado democracia, eres un buen ciudadano. Si te niegas a reconocer que democracia y fascismo son dos caras de una misma moneda, que necesariamente sustentan al capitalismo, y por lo tanto a la desigualdad, eres un buen ciudadano.
Si a los cuerpos represivos les denominas trabajadores, si crees que la policía, el ejército y las cárceles son instituciones necesarias y mejorables, eres un buen ciudadano.
Si crees que un pasado descrito siempre injusto por quien domina el presente y un futuro mejor, que nunca llega, justifica todos los atropellos humanos y animales, eres un gran ciudadano. Si crees que el trabajo asalariado puede ser algún día digno, eres un gran ciudadano.
Si amas la propiedad privada, si adoras el parlamentarismo. Si crees que denunciando continuamente a tus vecinos o que comprando fabulosos bienes materiales en cualquier centro comercial te va a convertir en más libre, eres un buen ciudadano. Si crees siempre en la negociación con las instituciones, en ese diálogo injusto que parte de premisas totalmente desiguales, eres un gran ciudadano. Si “todavía es muy pronto” para tomar ese tipo de medidas “tan radicales”, si esperas para pasar a la acción a los permisos de los interlocutores válidos de la sociedad –a los gestores de capitalismo- eres un buen ciudadano. Si la pasividad llena tu vida de hastió. Si crees en “las reglas del juego”. Si crees que quienes hacen negocios con la pobreza, “sin ánimo de lucro” como las ONGs y demás empresas que viven de ella, van acabar con esa miseria; eres un buen ciudadano.
Si crees que la prensa es independiente, si eres objetivo y neutral, a ti que te gusta “de todo” (menos luchar colectivamente por una causa anticapitalista), que crees que los extremos se tocan, que las organizaciones revolucionarias armadas son terroristas y los que saquean, expolian y exterminan pueblos son honrados profesionales, eres un buen ciudadano.
Si ves en la industria farmacéutica un sinónimo de progreso, en la tecnología aspectos revolucionarios, en la psiquiatría una ciencia indispensable. Si un sueldo te cierra la boca y te cambia las actitudes. Si crees que la lucha de clases es cosa del pasado, eres un gran ciudadano.
En suma, si legitimas continuamente la opresión, la injusticia y la desigualdad del capitalismo con ese tufillo demócrata, con esa máscara judeo‑cristiana de la tan manida tolerancia, con ese aire de no-queda-más-remedio, eres un estupendo ciudadano. Si nunca te saltas los límites establecidos que marca el capital. Si cuando votas crees que estas participando y diciendo algo. Si, como los peces que siguen la corriente del río, llevas esta renovada actitud de vasta sumisión, reproduciendo los valores de la dominación con ese desdén democrático eres, quien sabe si conscientemente o no, un válido y efectivo ciudadano. Eres entonces, simple y llanamente, un trepa, un chota, un cómplice de la explotación que miras para otro lado. Un esquirol de la vida.
 
 
 

domingo, 12 de enero de 2014

La larga deriva del sindicalismo oficial: crisis, control, erosión y la reconstrucción anarcosindicalista de la reivindicación


Tras la Segunda Guerra Mundial, con la clausura de las opciones revolucionarias de transformación social, se generaliza la idea de que la función de los sindicatos es mediar en el conflicto laboral y social, sin atajar sus causas. A partir de aquí el sindicalismo oficial funciona como elemento de control de las reivindicaciones obreras, lo que lleva a una crisis del sindicalismo en general y a su propia eliminación, cuando acaba por volverse redundante. El sindicalismo revolucionario subsistente es arrastrado en este proceso, dada su escasa capacidad de actuación. El objetivo del artículo es analizar sin excusas fáciles las razones internas del estado marginal del único sindicalismo revolucionario persistente, el anarcosindicalismo. Se busca identificar sus potencialidades y necesidades para que pueda llegar a ser una opción funcional y mayoritaria sin perder su carácter transformador.

Miguel Perera (CNT - AIT, Sindicato de OOVV de Miranda de Ebro).
Miguel A. Pérez (CNT - AIT, Sindicato de Transportes y Comunicaciones de Madrid).

Artículo perteneciente a la sección Análisis del número 3 de la revista Estudios.
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viernes, 10 de enero de 2014

¿Es eso lo que llamáis «vivir»?

El siguiente texto ha sido transcrito en función al texto original, publicado en el número 370 de «La Revista Blanca», a fecha de febrero de 1936. Traducido por E.Muñiz y escrito por Émile Armand, histórico anarcoindividualista francés. A continuación el escrito en cuestión:

El amanecer, levantarse; al paso  largo o poniendo a contribución algún medio de locomoción rápido, dirigirse al «trabajo». Esto es, encerrarse en un local, espacioso o reducido, aireado o falto de aire. Sentado ante una máquina de escribir, teclear para transcribir cartas de las cuales no se escribiría la mitad si hubiese que escribirlas a mano. O bien fabricar, accionando un aparato mecánico, piezas siempre semejantes. O también no alejarse más de cierta distancia de un motor del cual se trata de asegurar la marcha o vigilar su funcionamiento. O finalmente, mecánica y automáticamente, de pie ante un telar, repetir los mismos gestos y hacer los mismos movimientos. Y esto durante horas y horas sin variar, sin gozar de ninguna distracción y sin cambiar de atmósfera. Todos los días.

 ¿Es eso lo que llamáis «vivir»? ¡Producir! ¡Producir más! ¡Producir siempre! Como ayer, como anteayer,  como mañana si no está uno enfermo o muerto. ¿Producir? Cosas que parecen inútiles, pero cuya superfluidad está prohibido discutir. Objetos complicados de los cuales sólo se tiene en las manos una parte, una parte ínfima y de los que ignoramos el conjunto de las fases de fabricación. ¿Producir? Sin saber el destino de su producto. Sin poder negarse a producir para quien no es de vuestro agrado y sin poder hacer exposición de la menor iniciativa individual. Producir pronto, con rapidez. Ser un útil de rendimiento que se estimula, que se apremia, que se atropella, que se agota hasta que ya no puede extraerse nada de él, ni un céntimo de beneficio.

 ¿Es eso lo que llamáis «vivir»? Salir desde por la mañana a caza de la clientela. Perseguir y acosar al comprador serio. Saltar del Metro a un taxi, de un taxi a un autobús, de un autobús a un tranvía eléctrico, a menos que esto no sea en un río cenagoso. Hacer cincuenta visitas en su jornada. Gastar la saliva en ponderar su mercancía y desgañitarse depreciando la de los otros. Volver a casa por la noche, tarde, sobreexcitado, extenuado, inquieto, haciendo desgraciados a cuantos le rodean, vado de toda vida interior y de todo estimulo hada un mejor ser moral.

 ¿Es eso lo que llamáis «vivir»? Palidecer entre las cuatro paredes de una celda; sentir, prevenido, lo desconocido del porvenir que os separa de los que son vuestros y sentís vuestros, por lo menos, por el afecto o por la comunidad de riesgos. Experimentar, condenado, la sensación de que vuestra vida se os escapa y que ya no podéis hacer nada por determinarla. Y esto por espacio de meses y de años. No poder luchar ya. No ser más qué un número, un juguete, un andrajo, un objeto matriculado, vigilado, espiado y explotado. Todo esto mucho más allá de la equivalencia del delito cometido. ¿Es esto lo que llamáis «vivir»?

Vestir una librea. Durante uno, dos o tres años repetir los gestos del matador de hombres. En plena flor de la juventud, en plena explosión de la virilidad, encerrarse en inmensos edificios, de donde no se sale y donde no se vuelve a entrar sino a hora fija. Consumir, pasearse, despertarse y hacer todo y nada, a hora fija. Todo esto para aprender a manejar los instrumentos que quitan la vida a desconocidos. Para prepararse a caer un día, herido por algún proyectil venido de leguas de distancia, proyectado también por manos. Entrenarse para perder o para hacer perecer. Triunfo y peón en manos de los Privilegiados, de los Poderosos, de los Monopolizadores y de los Acaparadores. Mientras que uno no es privilegiado, ni poderoso, ni poseedor de maldita la cosa. ¿Es a esto a lo que llamáis «vivir»?

No poder aprender, amar, aislarse ni deambular a su antojo. Tener que permanecer encerrado cuando luce el sol o cuando las flores de la pradera exhalan sus aromas. No poder trasladarse al Mediodía cuando el cierzo es glacial y cuando la nieve azota nuestras ventanas. Ó al Norte cuando el calor es tórrido y cuando la hierba arde en los campos. Ver ante sí, siempre y por todas partes, leyes, postes fronterizos, morales, convenciones, guardas campestres, jueces, fábricas, cárceles, cuarteles; hombres uniformados que protegen, mantienen o defienden un orden de cosas que entorpecen u obstaculizan la expansión del Individuo.

¿Es a esto a lo  que llamáis «vivir», oh enamorados de la «vida intensa», turiferarios del «progreso», poseedores a la rueda del carro de la «civilización»?

Yo llamo a esto vegetar, llamo a esto morir.

sábado, 4 de enero de 2014

Erosión, Revista de Pensamiento Anarquista n° 2

Hace unos días se ha puesto ha disposición de las y los interesados la versión digital del segundo número de "Erosión, Revista de Pensamiento Anarquista", correspondiente al primer semestre de 2013.
"Erosión" es un proyecto del Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas y se edita en Santiago de Chile. Cuenta con la colaboración de autores locales e internacionales, así como con la traducción de textos al castellano y la difusión de documentos de difícil acceso.
- ÍNDICE DE CONTENIDOS -
» Índice y sumario
» Editorial: ¿Crisis de la representatividad?
ARTÍCULOS: “HISTORIAS, EXPRESIONES Y PROPUESTAS ANARQUISTAS”
» “Bakunin y sus persistentes calumniadores”, por Frank Mintz
» “Kropotkin, el príncipe rebelde”, por Rodrigo Quesada Monje
» “El grupo en torno a la publicación anarquista Freedom en el mundo británico”, por Capi Vidal
» “Educación y pedagogía en la tradición libertaria”, por Hugues Lenoir
» “Fútbol y anarcosindicalismo:  Antecedentes de una relación olvidada en la historia del movimiento obrero chileno”, por David Espinoza Traslaviña
» “Autogestión Industrial (2da parte y final)”, por Maximiliano Astroza-León
APUNTES & REFLEXIÓN
» “Manuel Rojas. Sencillamente.”, por Sebastian Allende
» “Fotogramas ácratas: cine y creación libertaria”, por Diego Mellado G.
» “Perú: Pachamama contra el capitalismo”, por Roberto Ojeda
ANTOLOGÍA: FOTO-GRAFÍAS DE AGUSTÍN GARCÍA CALVO
» Presentación, por Grupo Gómez Rojas
» “Individuo, Comunidad, Sociedad” (Barcelona, 1993)
» “La voz de la rebelión” (Bicel, 2012).
» ”El movimiento 15-M debe perder el miedo para acabar con la democracia” (Entrevista)
» Poesía: “Las moras negras”, “Libre te quiero”, “Que no se despierte”, “Juraría”.
RECENSIONES:
Libros
» “Educación Anarquista: aprendizajes para una sociedad libre”, VV.AA. (Santiago de Chile : Editorial Eleuterio, 2012).
» “Pelo educacão e pelo trabalho, e outros escritos”, por Adelino Tavares de Pinho (São Paulo : Biblioteca Terra Livre, 2012).
» “Geografía social austral: la dinámica del anarquismo en Patagonia y Tierra del Fuego” [La Malatesta (Madrid), Terra Livre (São Paulo), Eleuterio (Santiago), 2012).
Jornadas libertarias
» Encuentro Internacional de Anarquismo / IX Congreso de la IFA (9 a 12 de agosto de 2012 – Saint Imier, Suiza)
» Coloquio Internacional Educación Libertaria: 100 años de la Escuela Moderna de São Paulo (5 a 9 de noviembre de 2012 - São Paulo, Brasil)
» Jornadas de estudio y trabajo “¿Educar o Estandarizar?” (5 a 8 de diciembre de 2012 – Santiago de Chile)
Grupo de Estudios José Domingo Gómez Rojas
www.grupogomezrojas.org

jueves, 2 de enero de 2014

El anarcosindicalismo en el decurso histórico // La revolución semiótica, arma pesada del sistema

José Luis García Rúa

El autor (Gijón, 31 de agosto de 1923). Filósofo anarquista. Militante de la Confederación Nacional del Trabajo. Catedrático emérito de la Universidad de Granada. Ex-catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada, ha sido Secretario Regional de Andalucía en dos ocasiones y Secretario General de la Confederación Nacional del Trabajo entre 1986 y 1990, así como director del periódico CNT (1992-1995, 2001-2003). Fue también Secretario General de la Asociación Internacional de los Trabajadores, AIT (1997-2000). Fue huésped de los campos de concentración de Argelès-sur-Mer y de Barcarés. Trabajó en la construcción, en el sector del metal y en la mina asturiana. Sus estudios universitarios los realiza en Oviedo y Salamanca, Universidad en la que fue profesor durante 10 años. Después de ejercer de lector de español en la Universidad de Mainz (Alemania) vuelve a España y es sistemáticamente separado de la Universidad. Así comienza su exilio interior que termina en Granada, después de pasar por Córdoba y Jaén. Es el retrato vivo del intelectual comprometido y fiel a sus ideas.
Aula Popular García Rúa. En 1996, un grupo de personas crea una asociación en Gijón a la que dan el nombre de Aula Popular José Luis García Rúa. Su objetivo primordial es continuar las iniciativas de cultura a nivel popular de García Rúa con proyectos citados previamente como la sociedad Gesto o la escuela obrera de la calle Cura Sama. Para ello el Aula se marcó el reto de promover tantas actividades de difusión cultural como fuera posible. Desde entonces el Aula viene celebrando anualmente la Semana del Aula Popular García Rúa, a principios de cada año, en la que reúne diversos actos en Gijón. El Aula cuenta con el apoyo de sociedades como el Ateneo Obrero de Gijón, la Sociedad Cultural Gijonesa, Radio Kras y Sestaferia.

Edita: CNT-AIT Federación Local de Madrid
62 págs.
2013
Rústica 21x15 cm 
2 €