domingo, 30 de octubre de 2011

Un pliegue biopolítico: la cárcel terapéutica (análisis y crítica)

Charla de Daría Malventi (antropólogo social y filósofo) ofrecida en el marco de las Jornadas: "Historia y presente de las prisiones y otras formas carcelarias", organizadas por la Universidad de Castilla-La Mancha. Puedes escucharla pinchando aquí.

martes, 25 de octubre de 2011

Historia de la Transacción: Los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977)

La imposición de un pacto social

El franquismo tuvo el acierto, el poder y los medios para comprar, absorber, aglutinar y corresponsabilizar de la nueva situación «democrática» a toda una clase política ansiosa por recibir prebendas, cargos y negocios. Sin olvidar una no menos inteligente política de institucionalización de antiguas y nuevas organizaciones sindicales cuyos dirigentes se aplicaron con ansias renovadas a la burocratización con cargos remunerados, al apaciguamiento de unos trabajadores que esperaban más y más y al engaño y a la estafa bajo diferentes ideales. En definitiva, estaban dando por bueno el postfranquismo y pactaban con él.

En medio de una fuerte conflictividad social tuvo lugar el 25 de octubre de 1977 la firma de los Pactos de la Moncloa. Estos acuerdos fueron firmados en el Palacio de la Moncloa entre el Gobierno de España, presidido por Adolfo Suárez y los principales partidos políticos con representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Estos pactos supusieron la imposición definitiva -por parte las elites políticas y económicas- de la reforma política sobre la ruptura con el franquismo.

Los pactos fueron aprobados por el Parlamento el día 27 del mismo mes y podían dividirse en dos paquetes: el político (Programa de Actuación Jurídica y Política) y el económico (Programa de Saneamiento y Reforma de la Economía). El económico a su vez podía dividirse en las medidas urgentes (contra la inflación y el desequilibrio exterior) y las reformas necesarias a medio plazo para repartir los costes de la crisis (ya que no sería bonito que pagasen sólo los que habían estado robando durante 40 años).

Con anterioridad, Adolfo Suárez había sostenido conversaciones con Felipe González (PSOE) y Santiago Carrillo (PCE), después de constituirse las Cortes Generales tras las elecciones del 15 de junio de 1977, con el fin de sondear la posibilidad de un acuerdo de estabilidad.

La demagogia y la política del miedo también jugaron un papel importante. Según Santiago Carrillo, con el acuerdo se iba a sacar al país de la crisis en el plazo de un año y medio; mientras que otros personajes del momento aludían al riesgo de un posible golpe de estado si no se alcanzaban unos acuerdos de mínimos.

De cualquier manera, mientras los partidos socialista y comunista pudieron implantarse en el nuevo escenario político, el movimiento sindical fue dejado al margen de la reforma, como meras correas de transmisión. Materias cruciales que afectaban a la capacidad de los nuevos sindicatos para reclutar afiliados y negociar fueron subordinadas al establecimiento de la estructura política de la nueva democracia parlamentaria.

El Ministro de Economía y Hacienda, Enrique Fuentes Quintana, trató de llegar a un acuerdo con los sindicatos para que aceptasen la moderación salarial y el equilibrio presupuestario y así poner freno el alto nivel de conflictividad social. Incialmente, la UGT y la CNT rechazaron el acuerdo, así como también algunas secciones sindicales de Comisiones Obreras.

Consecuencias de los Pactos de la Moncloa


Los Pactos de la Moncloa crearían las condiciones sociales para la Constitución de 1978, que consagraría la inviolabilidad de la propiedad privada de los medios de producción y la economía de mercado. Si la futura Constitución tenía una gran importancia en lo que se refería a establecer las reglas básicas del juego político, el pacto social tendría una importancia también trascendental, ya que sería lo que permitiría reconstruir la paz social y la disciplina en el mundo del trabajo español. Algo sin duda imprescindible en un país en donde la clase obrera había adquirido una gran capacidad de autoorganización capaz de sobrepasar a comités y burocracias sindicales, que era consciente de su fuerza real y que había adquirido una considerable experiencia de lucha en las condiciones extremadamente duras de los últimos años del franquismo. El pacto social era la herramienta necesaria para restablecer una situación de sometimiento, imprescindible para afrontar una crisis económica que se pensaba resolver con un ajuste duro que, por supuesto, debían pagar los trabajadores.

Hay que destacar que una parte fundamental de estos acuerdos sería como controlar al movimiento obrero y a los sindicatos al margen de CCOO y UGT, es decir a la CNT. Fue aquí por lo tanto donde se creó y preparó la colaboración de clases (concertación social), para lo que se tomó como ejemplo la socialdemocracia alemana. Finalmente se llegaría a un acuerdo sobre la negociación colectiva y la representación sindical con CCOO y la UGT.

Con los Pactos nacían los comités de empresa (sindicalismo de nuevo tipo) nefastos para la lucha no sólo en lo económico, sino también en lo organizativo y unitario como clase, ya que parcializaban las luchas empresa por empresa, cuando las luchas y las reivindicaciones eran globales. En realidad, los comités de empresa eran (y son) de naturaleza antisindical, puesto que la actividad sindical sólo consistía en depositar un voto en una urna cada cuatro años, y los trabajadores -supuestamente representados en su conjunto por el comité- no sentían la necesidad de organizarse para luchar por sus intereses.

En el terreno político, entre otras cosas, se acordó modificar las restricciones de la libertad de prensa y la legislación sobre secretos oficiales para permitir a la oposición parlamentaria el acceso a la información; se aprobaron los derechos de reunión, de asociación política y la libertad de expresión mediante la propaganda, tipificando los delitos correspondientes por la violación de estos derechos; se creó el delito de tortura; se reconoció la asistencia letrada a los detenidos y se despenalizó el adulterio y el amancebamiento.

En materia económica destacaba la flexibilización del régimen laboral, a través de mecanismos de contratación temporal (sobre todo de jóvenes) y mayores facilidades para el despido de personal, reconociéndose el despido libre para un máximo del 5% de las plantillas de las empresas; el derecho de asociación sindical; fijación en el 22% del límite de incremento de salarios (inflación prevista para 1978); reforma de la administración tributaria ante el déficit público y medidas de control financiero a través del Gobierno y el Banco de España ante el riesgo de quiebras bancarias y la fuga de capitales al exterior.

Se acordó mantener el aumento de los salarios por debajo del nivel de inflación, lo que supuso un recorte del 7% del nivel de vida de los asalariados. A cambio, se prometieron algunas reformas sociales y económicas las cuales tardarían en llegar y otras nunca llegarían. Este fue el caso, por ejemplo, de la promesa de restituir a los sindicatos el "patrimonio sindical" -el enorme patrimonio acumulado por el sindicato vertical durante casi cuarenta años a través de la confiscación de las propiedades de UGT y CNT y las cuotas obligatorias de empresarios y trabajadores- proceso que se demoraría durante largos años.


Con los Pactos de Moncloa se abría una nueva línea de acción sindicial, basada en el acuerdo, pero también en el secretismo de las negociaciones, que hurtaba a las masas el protagonismo condenaba a la marginación a quienes no se sumbaban a estos acuerdos.

La CNT se opuso a estos acuerdos desde un primer momento, consciente de que representaban un coste muy elevado para la clase obrera, no sólo por la pérdida de derechos económicos y sociales para los trabajadores, sino también porque pretendían dar por cerrado el proceso de reforma política, poniendo punto final a las aspiraciones rupturistas y revolucionarias. La crítica anarcosindicalista a los Pactos representaba una amenaza tanto para las medidas de reajuste económico, que hacían recaer el peso de la crisis sobre una clase trabajadora combativa como la española, como para el modelo sindical impuesto.

Oposición frontal de la CNT

Durante él ultimo tercio de 1977 la CNT fue construyendo una convergencia de las fuerzas sindicales y sociales que estuvieran contra el Pacto de la Moncloa y que en algunos momentos hizo dudar hasta las dinámicas sindicales de los aparatos y las cúpulas de CC.OO. y UGT.

En este contexto, el Comité Regional de Cataluña de la CNT tomó la iniciativa de proponer a los Comités de Cataluña de UGT y CC.OO., la formación de una mesa de análisis y discusión crítica conjunta del Pacto de la Moncloa. De estas jornadas que las delegaciones de los tres sindicatos catalanes desarrollaron durante el mes de septiembre y octubre de 1977, surgió el acuerdo de convocar a una manifestación en contra de los Pactos de la Moncloa, que tuvo lugar en Barcelona en octubre, y en la cual participaron 400.000 trabajadores. Fue este el primer y último acto unitario del movimiento obrero durante toda la transición.


De lo que se trataba con la manifestación era de desbaratar el pacto entre el estado y el conjunto de la burguesía que pretendía poner en cintura al conjunto del movimiento obrero español y disciplinarle al plan de estabilidad. Es decir, que se resignara a perder todo lo conquistado en la lucha contra el franquismo para recomponer las condiciones de la explotación de trabajo ajeno. La burguesía sabía que sin este consentimiento del movimiento obrero, la transición al chollo de la democracia era imposible.

Y la gravedad del asunto no estribaba tanto en el propio radicalismo de la CNT, sino en que ésta había conseguido que su razón política gravitara sobre las secciones catalanas de UGT y CC.OO, haciendo posible que esa cualidad reivindicativa suya se trocara en cantidad superando las limitaciones ideológicas y organizativas del movimiento obrero en Cataluña. Por lo que ante la manifestación de 400.000 personas recorriendo las calles de Barcelona en octubre de 1977, saltó la alarma entre la patronal de que lo ocurrido en Cataluña se extendiera por el resto del país como una mancha de aceite. Fue cuando la partidocracia burguesa de derecha e izquierda se puso a temblar, decidiendo cortar esta movida a sangre y fuego, utilizando todos los medios, incluidos los ilegales, para evitar que el movimiento obrero a escala nacional se alzara unido contra el proyecto de la burguesía y del gobierno.

Las protestas en contra de los Pactos de la Moncloa tuvieron una gran extensión, reflejando la oposición de los trabajadores a pesar del papel que jugaban las direcciones sindicales de UGT y CCOO fuera de Cataluña. A lo largo de todo el mes de noviembre se celebraron grandes manifestaciones en las principales ciudades del país.

Así fue cómo lo primero que acordaron hacer los demócratas cerrando filas en torno al gobierno postfranquista, fue aislar a la CNT para conseguir que las disidentes cúpulas catalanas de UGT y CC.OO. volvieran al redil de la transición pactada. Los dirigentes de CCOO no tardaron mucho en seguir vergonzosamente la postura de Carrillo, haciendo todo lo posible por desmovilizar y desilusionar a los trabajadores. La dirección de UGT, que inicalmente había rechazado la idea de un pacto social, tanto antes como después de las elecciones de junio de 1977, comenzó a retroceder, manteniendo una postura más ambivalente y afirmando que el PSOE había obtenido mejoras en las condiciones de los acuerdos.

La CNT se estaba quedando sola en la batalla y pasó a ser el único gran sindicato que nucleaba un frente contra el pacto social en el que se agrupaba buena parte de la izquierda radical, otros sindicatos de corte asambleario y algunos movimientos sociales. Pero lo que convertía a la CNT en un peligro potencial no era su fuerza en aquel momento, sino su posible capacidad para encauzar el descontento social que inevitablemente iba a producirse.

En estos años creció desorbitadamente el desempleo y se produjo un fuerte incremento de la carestía de la vida. La calidad de la vida de los trabajadores y de las clases populares sufrió un importante deterioro, que no tenía la debida respuesta porque las fuerzas mayoritarias de la izquierda ya habían aceptado el pacto político y social y no deseaban poner en peligro lo logrado. En estos momentos se percibía con claridad la posibilidad de un golpe de estado militar que devolviera al pais a la situación anterior. Ante esa disyuntiva la izquierda mayoritaria prefirió pactar para conservar lo conquistado y el precio fue hipotecar la fuerza de los trabajadores y renunciar a la posibilidad de crear un sindicalismo fuerte y autónomo.

En diciembre de 1977 el gobierno de Suárez decretó la nueva ley de elecciones sindicales para determinar la representatividad de los sindicatos. La no delegación de las responsabilidades a través del voto llevaba a la CNT, lógicamente, a no aceptar las elecciones sindicales, que además constituían (y constituyen) la puerta de entrada a toda la corrupción sindical: subvenciones, liberados, cargos remunerados, ejecutivismo, etc.

CNT lideraba un gran movimiento social y cultural que no encajaba en el sistema que se estaba configurando. Al mismo tiempo, las organizaciones sindicales CC.OO. y UGT, en perfecta sintonía con los criterios del PCE y el PSOE, terminarían asumiendo los Pacos de la Moncloa incluso con entusiasmo y hasta lo proclamarían como una gran victoria de los trabajadores. Por todo esto, no se podían dejar cabos sueltos que pudiesen poner en peligro el programa económico pactado por los partidos políticos y poco después asumido por sus sindicatos correspondientes.

Y entonces llegó el 15 de enero de 1978, día en el que la anarcosindical había convocado una nueva manifestación en Barcelona contra los Pactos de la Moncloa y las elecciones sindicales y a la que acudirían unas diez mil personas.

Poco después de finalizar la manifestación, la sala de fiestas barcelonesa "Scala" comenzó a arder a causa de un artefacto explosivo; cuatro empleados fallecieron, de los que tres eran afiliados a la CNT. No pasó mucho tiempo hasta que los servicios de polícia acusaron al movimiento libertario de estar detrás del incendio, lo que dio comienzo a una campaña de acoso, desprestigio e intoxicación contra la CNT, amplificada por los medios de comunicación.

El caso Scala marcaría un punto de inflexión para el anarcosindicalismo y con el comenzaría la crisis de la CNT y del anarquismo español en general. La pesadilla había comenzado.


Pero para el sindicalismo subvencionado la fiesta no había hecho más que conenzar con el primer reparto del pastel. Al día siguiente de la manifestación, entre el 16 de enero y el 6 de febrero de 1978, se celebrararon las primeras elecciones sindicales a comités de empresa -CNT mantendría su acuerdo de no participar- donde CCOO y UGT obtuvieron en conjunto más del 70% de los delegados. Aún así, se produjo una notable abstención, mucha de la cual provino del boicot que la CNT realizó. La abstención se calculó entre un 20% y una 60% en Cataluña según el ramo, entre un 20% y un 40% en Valencia y de un 20% a un 30% en el resto del país.

A través de la financiación estatal que recibían por la representación obtenida, los privilegios concedidos como "sindicatos más representativos" y la restricción creciente de los derechos democráticos internos de la afiliación, se fue fortaleciendo una burocracia dirigente, cada vez más independiente de la base afiliativa y de los trabajadores, y más dependiente del aparato estatal y de la patronal. Las huelgas, a diferencia del período anterior, se daban ahora sólo por motivos económicos y, a pesar de que las direcciones sindicales habían aceptado los topes salariales, muchas movilizaciones se enfrentaron a la pérdida de poder adquisitivo provocada por los Pactos de la Moncloa. Se produjeron varias huelgas generales en la construcción y en el metal. Sin embargo, el número de jornadas de huelga disminuyó sensiblemente en relación con los años anteriores.

- Fuente: http://madrid.cnt.es/historia/

miércoles, 19 de octubre de 2011

Viento del pueblo: un cómic necesario


Rai Ferrer, autor de la célebre obra Durruti, y Carlos Azagra, reconocido ilustrador de la revista El Jueves, han presentado un libro original titulado Viento del Pueblo en el que las historietas se ligan con la necesidad de mantener viva la memoria colectiva. El libro se enmarca en el centenario del movimiento libertario CNT y trata de rescatar importantes capítulos de la historia española con la intención de traspasar las generaciones e informar desde otra perspectiva.


El cómic como instrumento de aprendizaje y memoria colectiva: “El cómic no es una cosa nueva. Es una cosa renovada”, ha explicado la historiadora y escritora Antonina Rodrigo en la presentación del libro Viento del pueblo. Ya en el pasado, las historietas recogieron numerosas escenas de grandes obras literarias como el Quijote y o Pablo y Virginia para facilitar su lectura. Así pues, eran consideradas como la literatura de los pobres y marginados. Gracia a ellas, llegaban las noticias a los estratos más bajos, a las zonas geográficas más apartadas, siempre más expuestos al analfabetismo. “Era el periódico de los pueblos y permitía transmitir los hechos a los que no sabían leer”, ha comentado la presentadora antes de comunicar su encanto por ese género abierto que también ha fascinado a grandes escritores y poetas del principio del siglo XX como Antonio Machado, Pio Baroja o Federico García Lorca.
Con Viento del Pueblo, que Antonina Rodrigo describe también como una enciclopedia ilustrada, Rai Ferrer y Carlos Azagra han llevado la historia del anarquismo a nuevos escenarios (escuelas, bibliotecas…) y han recordado la gesta de luchadores que, tras la guerra civil, no dudaron en combatir en la segunda guerra mundial para la defensa de los ideales democráticos. De la misma forma, el reconocido editor Rafael Borrás ha subrayado la calidad y la necesidad de esta obra en el actual panorama literario por una razón sencilla: “la CNT sigue siendo uno de los movimientos a los que la historiografía española ha prestado menos importancia y eso pese al peso que tuvo en los años previos a la guerra civil”. Cabe destacar, por ejemplo, que la abstención de CNT en las elecciones de 1933 propició el triunfo del grupo de centro derecha liderado por Lerroux y que, en 1936, la CNT fue un actor esencial en la victoria del frente popular.

La vida de un movimiento centenario

La obra de Rai Ferrer presenta la vida muy inquieta y movida de un movimiento constantemente amenazado por la represión y analiza de manera exhaustiva los cien años (recién cumplidos) de la CNT. Aunque se menciona a menudo la República en el libro, el autor ha reconocido que no guarda muchos buenos recuerdos de la época, debido a la poca estabilidad y los enfrentamientos con grupos refractarios. Sin embargo, ha querido destacar los grandes avances que permitió la República en el campo de la enseñanza y en los proyectos de alfabetización (con actividades culturales en las que también participó Federico García Lorca).
“La escuela no debe ser ni republicana, ni socialista, ni masónica, ni mucho menos religiosa”, ha expresado el autor de la obra con contundencia y, refiriéndose a algunos de los capítulos del libro, Rai Ferrer también ha querido destacar la grave persecución de la prensa después de la guerra civil. “Durante el franquismo, a la depuración de los medios de comunicación siguió la depuración de los mismos periodistas”. Evidentemente, el esfuerzo de recordar debe ser un ejercicio continuo y colectivo para evitar errores del pasado y, gracias a obras como las de Rai Ferrer y Carlos Azagra, este ejercicio puede ser más fácil de difundir y de compartir.

domingo, 16 de octubre de 2011

Crónica de la charla sobre refugios antiaéreos en la provincia de Jaén


La CNT de Jaén ya ha comenzado el Ciclo de Charlas sobre Historia Social Giennense con una conferencia sobre los refugios antiaéreos durante la Guerra Civil y el valor de los mismos para la didáctica de las Ciencias Sociales. La charla, que fue ofrecida por Santiago Jaén, profesor de la Universidad de Jaén, tuvo una buena asistencia y sirvió para iniciar este ciclo de charlas y actividades encaminadas a divulgar la historia social de nuestra provincia.


Los asistentes pudieron conocer el proceso que llevó a la creación en diversas localidades de nuestra provincia de los refugios antiaéreos que sirvieron para que la población se protegiera de los bombardeos de la aviación franquista (en muchos casos aviones y pilotos de la Legión Condor de los nazis). Una vez introducida la temática, se estableció un interesante debate entre todos los asistentes donde se habló de diversos temas relacionados con el patrimonio histórico heredado de la Guerra Civil, el estado actual del movimiento por la recuperación de la memoria histórica o las relaciones entre ésta y la historia social.

Desde la CNT consideramos muy positivo el inicio de este ciclo de charlas y actividades diversas. En ese sentido, quisiéramos anunciar que el SOV de Jaén de la CNT ya está planificando las siguientes, que recorreran diversos temas como la guerrilla antifranquista en nuestra provincia, la presencia de las Brigadas Internacionales en la batalla de Lopera o el proceso de colectivización en la provincia durante la Guerra Civil.

sábado, 15 de octubre de 2011

Recibidas las primeras cestas de verdura


El GCAJ ya es una realidad
. Después de varios meses de duro trabajo para poner en funcionamiento ésta iniciativa, todo marcha sobre ruedas. Mientras cada vez se sigue interesando más gente en formar parte del grupo de consumo, las personas que ya formamos parte del mismo vemos cómo el trabajo realizado va dando sus frutos. Han sido meses de recopilar información, leer mucho, hablar con otros grupos de consumo, contactar sobre productores ecológicos en la provincia de Jaén, etc.

Todo para dar un paso más en la autogestión de nuestras vidas. Queremos comer sano y consumir de manera responsable, queremos un consumo justo para productores, consumidores y medio ambiente.

El pasado martes recibimos las primeras cestas de verdura, que cómo podéis comprobar en la imágen, tienen una pinta inmejorable. Patatas, acelgas, tomates, zanahorias, sandías, cebolletas, pimientos, judías y membrillos forman parte de las cestas con las que comenzamos ésta andadura. Frutas y verduras ecológicas, de temporada y procedentes de nuestra tierra.

También queremos agradecer a Juan Antonio su trabajo y dedicación a su huerto ecológico y su implicación en éste proyecto.

http://gcaj.cntjaen.org.es/

jueves, 13 de octubre de 2011

80 años de la huelga anarco-sindicalista en Telefónica


El primer conflicto laboral de la CNT desde la proclamación de la república supuso para los anarcosindicalistas la constatación de que había cambiado el régimen pero no las condiciones de la clase trabajadora. La república de la ilusión comenzaba a volverse “realista”.

Antecedentes

Durante la dictadura del general Primo de Rivera los servicios telefónicos del Estado fueron dados a una empresa estadounidense la American Telephone and Telegraph (ATT). El contrato mediante el cual se establecían las condiciones para dar el servicio, eran extremadamente favorables a la compañía y fueron consideradas como un auténtico abuso de poder. Entre otras cosas, la Compañía quedaba exenta del pago de toda clase de impuestos y tributos del Estado.
Por ello, la situación de la Compañía de Teléfonos de España fue un argumento más con el cual los republicanos atizaban a la débil dictadura i decadente monarquía española. En abril de 1930 el socialista Indalecio Prieto en una conferencia en el Ateneo de Madrid prometió que una vez proclamada la república esta declararía el contrato y las condiciones ilegales. Llegó a decir que la situación de la Telefónica y de sus trabajadores era la de una colonia de Estados Unidos.
El ambiente en la empresa era tenso y antes de la proclamación de la república hubo un conato de huelga, se habían producido numerosos despidos, pero el Comité revolucionario, que trabajaba por el cambio de régimen, hizo desistir a los trabajadores.
Después del 14 de abril de 1931 y con la república proclamada la situación seguía igual. O mejor, si tenemos que dar crédito a las palabras del representante más acreditado de la compañía que declaraba sin tapujos: “A mi compañía le han ido mucho mejor los negocios que ha establecido en las repúblicas, que no en las monarquías (...) Usted no sabe la fuerza que tiene un cheque en blanco, con una firma solvente en esta clase de repúblicas”.
Con la llegada del nuevo régimen la mayoría de los obreros de teléfonos se afiliaron a la CNT creando el Sindicato Nacional de Teléfonos. Ello supuso un cambio en las relaciones laborables dentro de la Compañía de Teléfonos de España. Hasta el momento no había existido ningún sindicato de teléfonos y, como era lógico, las reivindicaciones laborales no tardaron en surgir. La empresa habituada a hacer y a deshacer a su antojo las rechazó de plano negándose a cualquier negociación.

La huelga

A principios de 1931 se había creado en Barcelona el Sindicato Nacional de Comunicaciones y el 11 al 16 de junio de 1931 se celebró el III Congreso de la CNT.
Como hemos dicho más arriba, la tensión entre la patronal y los sindicatos eran grande puesto que la primera se negaba a negociar con los obreros. Dispuestos a ganar sus derechos los obreros de la CNT, en principio solo ellos, se declararon en huelga el 4 de julio. De los 7000 empleados, 6200 se declararon en huelga. La intención era paralizar el
servicio de telefonía y hacerse oír. La huelga fue un éxito rotundo en Sevilla, Zaragoza y Barcelona, de desigual resultado en el resto del Estado. Los socialistas, en el poder, optaron por intentar paliar los efectos y enviaron afiliados a la UGT a prestar sus servicios a ciudades como Madrid y Barcelona para intentar restablecer la normalidad.
Se trataba de proteger los intereses de una compañía extranjera y dar un mensaje de “estabilidad” a los posibles inversores de la joven república. Los socialistas incluso llegaron a acusar a los huelguistas de intentar sabotear la celebración de las elecciones a Cortes. Los antiguos compañeros de conspiración pronto olvidaron a sus aliados y sus promesas.
El 7 de julio son detenidos los miembros del comité de huelga. Se producen actos de sabotaje: el dia 9 se cortan las líneas de conexión internacional, una bomba daña la central de Sevilla y fueron voladas las antenas de la compañía en Amposta. El 17 de julio son detenidos en Vizcaya varios simpatizantes con los huelguistas acusados de sabotaje.
El 22 de julio se producen sabotajes en Murcia y Barcelona. En Barcelona los saboteadores cortaron el tráfico y retuvieron a los peatones a una distancia prudente para que nadie sufriera daño mientras explosionaba la bomba.
Por otro lado, el nefasto ministro de gobernación Miguel Maura no cejó de utilizar cualquier medio para reprimir a los huelguistas. Esto dio como resultado el hecho de que se disparase contra los obreros sin mediar previo aviso.
Ante este hecho, el resto de los trabajadores que se habían mantenido al margen se unieron a los huelguistas de la CNT. Viendo que el conflicto se les iba de las manos, los socialistas propusieron que mediara el Gobierno. El ministro de Comunicaciones era el socialista Fernando de los Ríos. La CNT aceptó este arbitraje. Después de diversas reuniones
el ministro dictó un laudo, en gran parte favorable a la empresa, en el que se reconocía el derecho a los obreros de tener un contrato de trabajo. Como el arbitraje había sido aceptado por las dos partes se esperaba un acatamiento por parte de la empresa cosa que no sucedió. Según Abel Paz fue la lucha en la historia sindical de la CNT que más atentados y sabotajes se han realizado.
El resultado final de la huelga arrojó un resultado final de 2000 detenidos y el éxito de la acción conjunta de la UGT y el gobierno que lograron normalizar los servicios después de varios meses de huelga.
La CNT había mostrado su fuerza y el Estado tomó buena nota de ello.
La Compañía de Teléfonos había sufrido pérdidas por valor de ocho millones de pesetas y para muchos la república había dejado de ser “ de trabajadores”.
El diputado Ángel Samblacat preguntó en las Cortes: "¿No había dicho el actual ministro de Hacienda- Indalecio Prieto- en su conferencia del Ateneo que el contrato con la Telefónica había sido un atraco y un latrocinio? Pues en todas partes a los que se oponen al robo, a los que persiguen el robo se les llama representantes de la justicia, y sólo en este país a esos representantes de la justicia, que ahora son los huelguistas de la Telefónica, se les amenaza con fusilarlos si nada más se suben a un árbol..."
La CNT no olvidó el conflicto y en abril de 1936 volvió a plantar cara a la empresa ganando esta vez el conflicto obteniendo la readmisión de los anteriormente despedidos y una indemnización para ellos.


Extraído de Periódico CNT

lunes, 10 de octubre de 2011

Chicho Sánchez Ferlosio - "Deportados"


Aprobada en octubre de 1931 la Ley de Defensa de la República, Azaña dijo de ella que era una “ley fundamental para consolidar la República”. Se trata de una ley preventiva, no para reprimir, sino para “evitar que el peligro nazca”. Restringe la libertad de expresión so pretexto de ser usada para atacar a la República. A su amparo se confiscaron periódicos, taparon artículos de éstos, se cerraron sedes sindicales de la CNT por sus labores políticas (acción directa, prensa, piquetes...). La derecha, pese a lo
que intentó exponer la historiografía franquista, fue la menos damnificada por esta ley en el primer bienio (bajo el gobierno del Frente Popular ya se cargaría contra Falange), siendo principalmente aplicada contra el anarcosindicalismo y el marxismo revolucionario del Bloque Obrero y Campesino. Realmente lxs monárquicxs no se quejaron mucho ni de ésta ley ni de otras orientadas hacia la represión, pues les convenía como clase burguesa en muchas ocasiones en pro de frenar o atemperar las reivindicaciones obreras (y a lxs más “radicales” dentro de su bando, como a Renovación Española o la Falange), y además porque se repetían acciones represivas que habían hecho ya ellxs bajo Alfonso XIII, y que tanto habían criticado la por entonces oposición republicana.
Esta ley fue aplicada para realizar las célebres deportaciones totalmente ilegales e inconstitucionales de anarquistas a África, como las que sufrieron los recalcitrantes militantes libertarios Buenaventura Durruti, los hermanos Francisco y Domingo Ascaso... hasta llegar a un centenar en 1932, tras la
fracasada insurrección de enero del mismo año, a bordo del tristemente célebre barco-prisión Buenos Aires, hecho que fue inmortalizado por el cantautor libertario Chicho Sánchez Ferlosio en la canción que podéis esuchar arriba.

viernes, 7 de octubre de 2011

Festival cultural 80 aniversario Teatro CNT


Comienza el “Festival cultural 80 aniversa­rio Teatro CNT


Este año en CNT Logroño esta­mos de aniversa­rio por que se cumplen 80 años de la construcción del Teatro CNT. Un edificio anexo al sindicato fruto de las cuotas y del trabajo de los afilia­dos a CNT en 1931.
Un edificio que como el resto de posesiones de CNT en Logroño fue robado por el franquismo en 1936 y recupe­rado 40 años despues con su okupacion un 1º de Mayo de 1977.
Pero aunque sea en estos malos tiempos para los trabaja­dores celebre­mos este aniversa­rio y tendre­mos teatro y char­las, cabaret y debates, conciertos y mesas redondas, tiempo para celebrar, para la memoria de lo malo y para la reflexión.
A continua­ción podéis ver el listado completo con los mas de 30 actos entre octubre y noviembre.

7/10/11 Viernes
20:30h presentación festival
20:30h Charla: “Los anarquistas en las luchas por la emancipación”
por Octavio Alberola



8/10/11 Sábado
14:30h
Comedor vegano
Jornada de “educa­ción de calle”
17:00h Visionado del documental “Pione­ros” del programa “Vivir cada día” (1986)
18:00h Talleres “… y el futuro de la Educa­ción de Calle?“
Organiza Comedor Vegetariano de Logroño y Amigos de Julian Rezola
21:00h Concierto: Bamboo Beboop (jazz, reagge, funky) + E.T.S.

9/10/11 Domingo
19:30h
Cabaret: “Con la muerte por los codos”
compañía ”Racho y Ballesteros”

14/10/11 Viernes
21:00h
Teatro: “Artistas o bestias”
compañía Desclos teatro

15/10/11 Sábado
14:30h
Comedor vegano
17:00h Tertulia: “Los sucesos del 36 en Logroño y La Rioja”.

21/10/11 Viernes
19:00h
Debate: “Quién es quién en los medios y como se hace un periódico alternativo.”
por Sancho de Diagonal periódico e Ivan del periódico CNT
21:00h Teatro:
Sleepwalk Collective. “The Sirens”
Los Anacolutos. “Small Cafe”

22/10/11 Sábado
14:30h
Comedor vegano
21:00h Teatro: “El anormal”
compañía “El mandril teatro inestable”

23/10/11 Domingo
21:00h
Teatro: “El anormal”
compañía “El mandril teatro inestable”

28/10/11 Viernes
19:30h
Charla-mesa redonda: “Autobiografía de Dios padre (no autorizada)”
por Moncho Alpuente, Mercedes Arancibia, Octavio Colis. Presenta Ricardo Romanos.
22:00h subasta de arte: II subasta de grandes piezas de arte contemporáneo
Museo M.U.R.A.C

29/10/11 Sábado
14:30h
Comedor vegano. Fin de Temporada
17:00h Comedor: charla Hacktivismo
21:00h Teatro “Ay Carmela”
compañía Trastos Teatro

30/10/11 Domingo
19:30h
Teatro: “Divinas” espectáculo clown,
Virginia Imaz

5/11/11 Sábado
08:00h
Excursión mico­lógica
(salida desde CNT con coche)
21:00h Teatro: “actos poéti­cos”
compañía Los Hedonistas

6/11/11 Domingo
19:30h
Danza: Carmen Larraz. Cía

8/11/11 Martes
19:30h
Charla “Agroeco­logía. Herramienta económica, social y política. Orígenes, teoría y puesta en práctica.”.
Por Qoliya de CNT Valladolid

9/11/11 Miércoles
19:00h
Charla “Bases para una economía alternativa. Conceptos teóri­cos económi­cos. Crítica de las principales propuestas; decrecimiento, comercio justo, renta básica, etc… Bases para proyectos”
Por Qoliya de CNT Valladolid

11/11/11 Viernes
21:30h
Concierto “Canción de autor”
Sally Salinas (cantautora)
Paco Marín (cantautor)

12/11/11 Sábado
8:00h
Excursión mico­lógica
(salida desde CNT con coche)
21:00h Teatro:
compañía salida nula

18/11/11 Viernes
20:30h
Teatro: “Clitenmestra o el crimen” de M. Yourcenar
compañía La nave teatro

19/11/11 Sábado
21:00h
Teatro “Mi infancia son recuerdos de un patio matemático”
compañía El ciego de la linterna

20/11/11 Domingo
20:30h
Teatro: “Clitenmestra o el crimen” de M. Yourcenar
compañía La nave teatro

miércoles, 5 de octubre de 2011

Colectivos Autogestionarios 1990 Barcelona



Documental sobre el movimiento libertario de principio de los noventa en la ciudad de Barcelona. Un interesante retrato del mundo de los ateneos y otras alternativas libres de organización justamente antes de las olimpiadas en esta ciudad catalana.

martes, 4 de octubre de 2011

Se inicia el ciclo de charlas sobre Historia Social Giennense

La CNT de Jaén inicia con esta charla el Ciclo de Conferencias sobre Historia Social Giennense. El ciclo tiene como fin dar a conocer distintos apartados de la historia social de nuestra provincia que son prácticamente desconocidos para la ciudadanía de Jaén. En ese sentido, el ciclo se inicia con una charla de Santiago Jaén, profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Jaén, que hablará desde el punto de vista de su disciplina sobre la red de refugios antiaéreos construidos en nuestra provincia con motivo de la Guerra Civil.

El año 2000, de Edward Bellamy


Edward Bellamy
Presentación de Erich Fromm
Traducción de Ediciones Abraxas

Tras un trance hipnótico, un hombre de clase alta de 1887 despierta en el año 2000 encontrándose en una utopía socialista, donde se ha alcanzado una cierta plenitud y estabilidad social.

Para entender esta novela debemos desprendernos de condicionamientos modernos y «viajar» al siglo XIX, es decir, el proceso inverso al que realiza el protagonista. Estamos ante uno de los pocos libros que crearon un movimiento de masas de carácter político casi inmediatamente después de su aparición. En Estados Unidos surgieron «Bellamy Clubs» por todas partes, en los que se discutían y propagaban las ideas del libro. La obra también inspiró varias comunidades utópicas, influyó en un gran número de intelectuales, y aparece reseñada en muchos de los principales escritos marxistas de su época.

Incluye relatos cortos de varios autores:
- El mercado, Edward Bellamy
- El sueño de un hombre ridículo, F. Dostoievsky
- Iván el imbécil, León Tolstói
- Miseria de los zapatos, H.G. Wells

Capitán Swing Libros, Colección Polifonías. Madrid 2011
368 págs. Rústica 21x13 cm
ISBN 9788493832773