jueves, 13 de junio de 2013

Guerra, revolución y exilio de un anarcosindicalista


Datos para la historia de Adra

Antonio Vargas Rivas

Antonio Vargas Rivas nació en Adra (Calle Zacatín, hoy Buenavista), el 25 de octubre de 1917. Hijo de una familia de pescadores, mostró desde su infancia un gran interés por instruirse, frecuentando los centros de enseñanza y las escuelas que, en aquella época, había en el pueblo.

A los once años entra a trabajar, en calidad de aprendiz de panadero, en el establecimiento que tenían en la carrera Natalio Rivas, los hermanos don Jose y Francisco Rivas Barranco Martín.

Al proclamarse la republica el 14 de abril de 1931, con la llegada de este extraordinario acontecimiento histórico, empiezan a despertarse, en este como en otros muchos jóvenes de su edad, inquietudes sociales. Pronto, en 1933, ingresa en las juventudes libertarias, organización juvenil que aspira a participar en la lucha con objeto de conseguir una mejor y mas justa sociedad.

En 1934 es encarcelado, junto con veinte jovenes más, acusado de reuniones clandestinas y por leer literatura ácrata.

El estallido de lo que dio llamarse "guerra civil" le sorprende trabajando de panadero en la casa de los hermanos Barranco. Deja el empleo para sumarse a los demás compañeros libertarios que, con armas casi inservibles, se lanza a sofocar la sublevación fascista.

Será el momento de poner en práctica el ideario anarquista. El Comité de Enlace, la colectividad de pescadores serán órganos representativos de la revolución social que se está produciendo.

Logra al final de la contienda que culminó con la victoria de los ejércitos de Franco, escapar en un barco pesquero y llegar, después de muchas peripecias, a Orán, en África del Norte.

Después de tres años de permanencia en el campo de concentración de Djelfa, desierto africano al sur de Argelia, es liberado por el ejército inglés cuando las fuerzas aliadas desembarcaron en aquella parte del continente en noviembre de 1942.

En octubre de 1947, después de una forzosa separación de nueve años, recibió en el Reino Unido a su mujer Carmen Valarino Sánchez y a su hija Angelita; la otra hija menor, murió en Adra en 1943, antes de cumplir los siete años.

Ha trabajado en Inglaterra durante 40 años y actualmente vive de la pensión que recibe de aquel país.

Edita: CNT-AIT Adra
300 págs. 
Almería, 2007
Rústica il. 21x15 cm
12 €

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