martes, 25 de junio de 2013

Impresiones de un andaluz sobre el movimiento anarquista en Grecia

Voy a tratar de plasmar las impresiones que, fruto de un viaje, me ha generado el contacto con el movimiento libertario en Grecia. Lamentablemente ni pude estar mucho tiempo ni ver muchos sitios, por lo que lo escrito aquí no debe ser interpretado mas allá de mi visión personal sobre lo que viví con los compañeros de allí, no siendo por tanto un análisis serio del movimiento anarquista y muchísimo menos sobre la situación del país. Si a esto le sumamos que mi militancia suele andar mas orientada a lo que podría denominarse trabajo de base que a los análisis y la producción teórica, es seguro que cometeré muchos errores. No obstante, espero que pueda dar una idea aproximada de algunos aspectos del movimiento griego y sirva de orientación para las personas interesadas y que no tengan un contacto de primera mano con él. Muchas de las cosas que ocurren en el anarquismo en Grecia tienen cierta conexión con debates que se están dando en el estado español, ya que salvando las diferencias, tenemos muchos puntos en común, tanto en el entorno de lo libertario como la situación política general. Sería deseable acentuar los contactos y conexiones entre ambos movimientos y los otros lugares del mediterráneo, ya que la situación económica y política nos obliga a desarrollar un movimiento libertario fuerte en base a esos puntos. Además de esa necesidad de empezar a trabajar en común (y siempre dentro de una perspectiva internacionalista, sin desmerecer la coordinación en entornos mas extensos en el planeta), a nivel local podemos aprender muchos unos de otros para conseguir sortear los obstáculos que hacen que hoy por hoy el movimiento anarquista en ambos países no consiga ser un referente o alternativa política a nivel popular. Todo ello en un momento en que la izquierda partidista, tanto ortodoxa como vestida con ropajes mas alternativos, no consigue articular una respuesta política a la evidente regresión en cuanto a derechos que estamos sufriendo, sin soñar siquiera en plantear modelos sociales rupturistas, y cuando además la amenaza fascista va cristalizando día a día y consiguiendo (sobre todo en Grecia y el este de Europa) establecer sus propias parcelas de actuación tanto en la calle como en los parlamentos.

Cuando uno llega a Grecia lo primero que le llama la atención es que la política en general y el anarquismo particularmente están mucho mas presentes en la calle que en nuestro país. Nada mas llegar, viendo el paisaje urbano, no es posible dejar de reparar en la gran cantidad de pintadas y carteles que llenan las paredes y el mobiliario. Esto se acentúa en las universidades, colegios y hospitales. Están, sobre todo las primeras, literalmente empapeladas con todo tipo de propaganda política y muestran casi siempre alguna pancarta referente a algún tema político. Volviendo a la calle, además de las típicas firmas de los grafiteros, abundan las antifascistas y muy especialmente las a circuladas. En edificios públicos como juzgados y oficinas del gobierno, también hay siempre alguna pintada o manchas de haber arrojado pintura contra ellas, a pesar de que, como me explicaron, se afanan en tratar de mantenerlos limpios. Por otro lado, la presencia del fascismo de Amanecer Dorado aparece también de forma siniestra en las paredes de algunas zonas de las ciudades en forma de cruces célticas, pero siempre tachadas.

Esta importancia de la política en Grecia se confirma cuando uno empieza a tener contacto con la gente de allí. El número de colectivos políticos de ciudades como Tesalónica o Ioannina (en las que estuve casi todo el tiempo) se multiplica por diez comparándolo a localidades de tamaño similar en el estado español. Tanto a nivel de partidos izquierdistas de distinto tamaño y pelaje como de grupos libertarios, asambleas y colectivos, así como casas okupadas y centros sociales que sirven de espacios políticos. Por poner un ejemplo que me sorprendió bastante, en Ioannina me encontré con unos chicos estudiantes de química, que formaban un colectivo de su facultad que se reunía en uno de estos centros sociales y trataba de cuestiones políticas y sociales, no solo referidas al movimiento estudiantil. Grupos como este abundan en Grecia, con lo que podemos hacernos una idea de la efervescencia política y la cantidad y variedad de colectivos que hay.

Esto nos lleva a un aspecto importante (con sus pros y contras) de los movimientos políticos y especialmente del libertario en Grecia: la juventud de sus miembros. La impresión que me llevé de estos chavales fue muy positiva, sorprendiéndome la energía y seriedad con la que militan. Cuando deciden convocar cualquier actividad se emplean a fondo a la hora de publicitarlo y organizarlo, especialmente en el caso de acciones y manifestaciones, aunque también en el caso de charlas y eventos. Mientras que, por poner un ejemplo, en gran parte del estado español una pegada de carteles se suele hacer en muchos casos en un rato, en Grecia llenan la ciudad de ellos, y no me refiero solo a espacios en los que colabora mucha gente u organizaciones, sino a también a colectivos sin importar su tamaño. Ese mismo ímpetu lo puedes ver en las concentraciones, manifestaciones y piquetes. Tuve la suerte de participar en varios de estos últimos, correspondientes a conflictos de ESE, y me impresionó la energía desplegada en ellos, así como la capacidad de convocatoria de un anarcosindicato pequeño comparado con los del estado español. Me pareció sorprendente ver a tantos jóvenes en un piquete y la forma de gritar las consignas y la actitud general, muy activa, todo ello durante un periodo de tiempo prolongado para lo habitual aquí.

En general hay muchas ganas de hacer cosas, mucha energía. La impresión que me llevé de los griegos es que son gente de buen corazón, muy nobles, trabajadores, cercanos, parecidos a nosotros pero a la vez con un punto distante. Son muy rebeldes, mucho mas de lo que vemos por aquí, con un punto incluso algo inocente e idealista (precisando que vengo de una ciudad muy dada a la picaresca). Tienen perspectivas muy abiertas en lo ligado al anarquismo, se nota que no sufren el peso de la historia, tradición y organizaciones que mediatizan lo libertario en España. También puede que tenga que ver en el carácter de la gente del movimiento de allí la sorprendente ausencia de drogas en la juventud. Tanto en el movimiento como en el ambiente universitario me sorprendió que incluso en raves la gente no tomaba nada distinto al alcohol y no había nadie vendiendo. Según me contaron en la mayoría de las okupas si pillan a alguien consumiendo algún tipo de estupefaciente (incluyendo fumar porros) lo echan de allí. Es cierto que se bebe, pero no vi una presencia del alcohol tan constante como aquí, y casi nadie fuma hachís o marihuana, muchísimo menos en la calle.

Percibí mucha menos frivolidad de la que hay aquí en el movimiento okupa. Es cierto que la gente tiene una estética más o menos reconocible, pero son mas austeros y se abusa muchos menos de los elementos decorativos (piercings, tatuajes, rastas, etc...) No vi apenas tribus urbanas y estéticas digamos concretas, (punks, skins, hippies...). Tampoco se veía la suciedad de la que hacen gala muchas veces en otras partes de Europa ciertos compañeros, tanto a nivel personal como en los edificios. Comparadas con las okupas de aquí, la mayoría de las que vi estaban mucho mas cuidadas y limpias (con algunas excepciones), siendo evidente que la gente las trabaja mucho más. En general en las ciudades en las que estuve abunda la okupación tanto como viviendas para jóvenes como de centros sociales, en muchos casos mezclando ambas cosas. Parece que los desalojos son mucho menos frecuentes (por ejemplo estuve en una okupa de Atenas que lleva 20 años funcionando). La participación en las ocupas es muy alta, traduciéndose esto en una gran cantidad de actividades, la mayoría con gimnasios bien equipados, charlas, conciertos, grupos de teatro, bailes, supermercados ecológicos y mil cosas más. Tengo especial buen recuerdo de las que frecuenté en Tesalónica (Scholeío y Orfanatrofio) y Ioannina (Antiviosi).

Hay otra forma de mantener espacios políticos conocida allí como “Centros Sociales”, consistente en locales alquilados, organizados de forma asamblearia por distintos colectivos y con un carácter mas estable. Dentro de estos me impresionó “Micrópolis”, en Tesalónica, un edificio gestionado por el Movimiento Antiautoritario (Antieksousiastiri Kinisi).El alquiler se paga con un bar-cafetería situado en la primera planta y en las superiores hay distintos proyectos cooperativos tales como una copistería, un supermercado de productos locales y provenientes del comercio justo, una guardería, una biblioteca, una enfermería para animales dañados y mas cosas. Me sorprendió bastante lo bien organizado que estaba, pero lamentablemente no pude conocer mucho acerca de la organización o movimiento que lo gestiona, mas allá de que parece una apuesta organizativa formal dentro de lo libertario y que al parecer ahora están bastante centrados en el tema de la economía social y la recuperación de espacios. Las referencias que tuve por parte de otros anarquistas fueron que en muchos casos parece una organización un tanto centralizada, lo que ha provocado algunos roces con otros colectivos, aunque lamentablemente no tengo mucha información sobre ese tema.

Un aspecto vital para entender el movimiento anarquista griego, ya señalado mas arriba, es la falta de tradición y organizaciones anarquistas más o menos clásicas. Como he dicho antes esto tiene un efecto positivo, ya que ha posibilitado un movimiento muy joven, abierto y de gran fuerza y dinamismo. A diferencia de España no se ha caído en el burocratismo, rigidez y polémicas absurdas que en muchos casos ha generado el “anarquismo clásico” y sus organizaciones, y por otro lado tampoco en la frivolidad y superficialidad de la que, quizá como reacción, peca el anarquismo más autónomo. Pero también es cierto que tiene sus problemas. En Grecia, según me contaron, hay una identificación que raya en lo absurdo de la organización con el autoritarismo y los partidos políticos, llegando incluso a afectar a los procesos asamblearios en sus aspectos mas básicos. En muchos casos (aquí hablo de oídas porque como es lógico no entendía nada en las asambleas que presencié) el concepto de desarrollar acuerdos de la asamblea por medio de grupos de trabajo es desconocido, planteándose incluso problemas a la hora de recoger actas o tener responsables de tareas. Esto se traduce en dificultad en la participación de personas con menos disponibilidad de tiempo que los jóvenes y dificultad de mantener estructuras organizativas complejas.

También hay algo que la “tradición” anarquista (en gran parte por el anarcosindicalismo) nos ha dejado en el estado español y que se echa en falta: la concepción del anarquismo como expresión de la clase trabajadora y la gente humilde en general. Tampoco es que por aquí andemos sobrados de esto últimamente, pero hay mas tentativas en ese sentido, al menos en comparación con un movimiento anarquista de un tamaño considerablemente mayor como es el griego. No hay en Grecia tantos movimientos vecinales o luchas sociales con un carácter antiautoritario sin ser específicamente anarquistas como en el estado español. Todo parece mucho mas politizado, no parece existir el concepto de movimientos sociales tal y como lo tenemos aquí. Es interesante la distinta evolución que tuvo el movimiento de las plazas que comenzó en Sintagma respecto al 15M español, teniendo un carácter mucho menos izquierdista el primero y en el que los anarquistas en su mayoría no participaron. ¿Es esto una ventaja o un inconveniente? Dada la situación política en Grecia, es posible que por parte del anarquismo se pueda crear un movimiento popular libertario sin tener que participar en movimientos sociales junto con la izquierda estatista, pero no se si el hecho de estar directamente autodenominado como anarquista puede resultar un límite para la acción política de las masas.

Por otra parte algunos sectores anarquistas griegos (los llamados nihilistas, que por lo que sé tienen gran parecido al insurrecionalismo que estuvo en boga aquí hace no muchos años) hacen gala de un maximalismo que les hace difícil conectar con la población y se cae en el mismo error que muchas veces se comete también aquí, el tener una actitud de rechazo a la “gente normal”. En favor de este sector del anarquismo griego, hay que decir que se mueven mucho mas que por aquí, con acciones de una contundencia que todos conocemos. En su contra, este carácter maximalista les lleva muchas veces a tachar al resto del movimiento ácrata de “no anarquistas”, habiéndose llegado incluso a ataques contra el resto del movimiento anarquista en Tesalónica que llevó a una lamentable lucha de tendencias.

Hay iniciativas muy interesantes como las de los compañeros de ESE, que intentan crear una organización anarcosindical en el complicado sistema griego (en el que no hay sindicatos propiamente dichos como aquí, sino una especie de corporaciones estatales a cuyas elecciones concurren grupos sindicales). Como dije me sorprendió la energía desplegada en los piquetes, así como las excelentes relaciones que tienen con miembros de las okupas anarquistas (participando y siendo apoyados por ellas). Me pareció un gran punto a su favor que al ser una organización pequeña y relativamente nueva no soporta el peso de estructuras y en muchos casos folklore heredado que sufrimos en el estado español. Por otra parte, el mantener la idea de la necesidad de organización y lucha en el ámbito laboral es en Grecia una gran aportación a un movimiento que durante años tildó estas luchas como reformistas y contrarias al anarquismo.

Otra iniciativa muy interesante es la autogestión de la fábrica de materiales para la construcción de Vio.Me. El empresario quiere cerrarla, abandonándola, con la respuesta por parte de los trabajadores de afrontar el reto de seguir con la compañía de forma colectiva, apoyados por ESE, el Movimiento Antiautoritario y el resto de los colectivos libertarios. Actualmente buscan relanzar la producción de la fábrica recaudando el dinero necesario mediante la venta de productos de limpieza por medio de un circuito comercial cooperativo, con la perspectiva de participar en un proceso de creación de una economía social que permita una alternativa a las prácticas capitalistas.

Como veis hay cuestiones similares a las que hay en el estado español, con debates parecidos acerca de como organizarse y conectar con el puebo. Lamentablemente en Grecia, a pesar de la potencia del movimiento no ví una gran relación con las clases populares que están sufriendo los recortes. Hablando con compañeros de Tesalónica de este tema comentábamos que en el CSOA en el que estabamos había muchísimas actividades, pero casi todos los participantes eran jóvenes en su mayor parte estudiantes. Esto es algo que podemos extrapolar al resto del movimiento anarquista griego. A mi pregunta sobre la actividad de Amanecer Dorado, me contestaron que por el centro de la ciudad no aparecían, ya que está dominado en su mayor parte por los anarquistas. Por el contrario en los barrios periféricos y humildes, no sabían a ciencia cierta cual era la situación, siendo seguro que habían abierto una sede al lado de una comisaría para no ser atacados, lo que da idea de su debilidad en la calle. Sospechaban que estaban detrás de la organización de asambleas vecinales para protestar contra la prostitución y la inmigración en el barrio de un compañero, pero no se había participado en ellas para contrarrestar esa actividad. Algo parecido me pareció cuando pregunté en Atenas: allí la presencia de AD es más fuerte, sobre todo en los barrios pobres, mientras el anarquismo está en una zona céntrica. Esto debería llevarnos a una reflexión importante. En un lugar en el que hace unos años era impensable la presencia de nazis en la calle y la vida política, han conseguido colarse en las instituciones y empiezan a tener sus propios espacios en algunas ciudades. Han sabido ver y aprovechar los huecos que se les han dejado, maniobrando hábilmente, usando de forma inteligente golpes de efecto mediáticos, consiguiendo actuar en la calle con una excusa asistencialista, por ejemplo mediante repartos de comida (cosa que imposibilita un ataque directo por parte del antifascismo). En general la imagen que me llevo de Amanecer Dorado es por un lado menos fuerte del alarmismo creado por los medios en Europa, pero por otro mucho más siniestra y peligrosa, la de un movimiento escurridizo y que se ha sabido hacer difícil de parar. Deberíamos analizar esto ahora que todavía estamos a tiempo. En Grecia hasta ahora han conseguido hacer frente a una mayoría izquierdista en la calle apabullante, a un movimiento anarquista mucho mas desarrollado y fuerte que el nuestro, así como un antifascismo muy serio, preparado y arrojado. Pero han aprovechado la falta de sintonía del anarquismo y la izquierda con gran parte de la gente que está sufriendo los recortes en Grecia. Muchos de los que se han caído del sistema clientelar del PASOK y pequeños tenderos arruinados entran en el juego de Amanecer Dorado. Si los compañeros griegos no son capaces de dar con la clave pueden enfrentarse a un problema muy grave en los próximos años, ya que hay un reflujo (al igual que aquí) de las masas, cansadas de manifestaciones y movilizaciones que no han conseguido parar el empobrecimiento y pérdida de derechos que sufren. Si no se consigue construir una alternativa para las necesidades concretas de los griegos empobrecidos, de comida, trabajo, vivienda y sanidad, muchos de ellos van a caer también en el chantaje clientelar de Amanecer Dorado, nutriéndoles de una fuerza en la calle con la que enfrentarse a la izquierda y de un apoyo en las instituciones que puede dar un vuelco a la situación política. Creo que esta es la gran asignatura pendiente de los anarquistas griegos, ya que la potencia del movimiento no será suficiente si no logran articular esa alternativa popular. Nosotros, aquí en el estado español, también tenemos que tomar nota de esto, porque si en un país como Grecia los nazis están consiguiendo estas cosas, aquí también pueden hacerlo y posiblemente con más facilidad.

Pero creo que los compañeros griegos tienen un gran potencial para salir adelante en este embate. Son como ya he dicho antes gente de gran calidad militante, están en un país en que la izquierda siempre ha sido fuerte, y sobre todo en muchos casos expresan un gran interés en superar el techo que parece se ha topado el movimiento anarquista en Grecia a pesar de todo su vigor: la falta de organización y de conexión con las necesidades de los griegos empobrecidos. En mi estancia los debates que mantuvimos tras dar unas charlas sobre el movimiento por la vivienda digna y la ocupación de tierras en Andalucía fueron muy interesantes y me permitieron ver que la gente está reflexionando mucho sobre esas cuestiones y son conscientes de lo que está ocurriendo con el auge del fascismo y los recortes por parte del gobierno. Al final los retos y los debates son parecidos a los que tenemos aquí, aunque quizá contemos con distintos recursos a la hora de afrontarlos. ¿Que podemos sacar en claro de todo esto? En mi opinión, que para construir un movimiento libertario fuerte y que sea una verdadera expresión de la lucha popular nos es imprescindible comparar experiencias, establecer lazos, vernos, hablar, comprendernos, y con el tiempo luchar juntos, aquí, en Grecia y en el resto del mundo. Hay que proceder con calma, escribir con buena letra, pero no podemos dormirnos. Todo el tiempo que vamos perdiendo y las oportunidades que desperdiciamos son aprovechadas por el sistema, tanto en su vertiente “democrática” a la hora de hacernos retroceder en derechos que costará mucho recuperar como en la vertiente fascista, que se prepara como alternativa para el caso de que la inestabilidad que genere la crisis la haga útil para los capitalistas.

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