lunes, 10 de octubre de 2011

Chicho Sánchez Ferlosio - "Deportados"


Aprobada en octubre de 1931 la Ley de Defensa de la República, Azaña dijo de ella que era una “ley fundamental para consolidar la República”. Se trata de una ley preventiva, no para reprimir, sino para “evitar que el peligro nazca”. Restringe la libertad de expresión so pretexto de ser usada para atacar a la República. A su amparo se confiscaron periódicos, taparon artículos de éstos, se cerraron sedes sindicales de la CNT por sus labores políticas (acción directa, prensa, piquetes...). La derecha, pese a lo
que intentó exponer la historiografía franquista, fue la menos damnificada por esta ley en el primer bienio (bajo el gobierno del Frente Popular ya se cargaría contra Falange), siendo principalmente aplicada contra el anarcosindicalismo y el marxismo revolucionario del Bloque Obrero y Campesino. Realmente lxs monárquicxs no se quejaron mucho ni de ésta ley ni de otras orientadas hacia la represión, pues les convenía como clase burguesa en muchas ocasiones en pro de frenar o atemperar las reivindicaciones obreras (y a lxs más “radicales” dentro de su bando, como a Renovación Española o la Falange), y además porque se repetían acciones represivas que habían hecho ya ellxs bajo Alfonso XIII, y que tanto habían criticado la por entonces oposición republicana.
Esta ley fue aplicada para realizar las célebres deportaciones totalmente ilegales e inconstitucionales de anarquistas a África, como las que sufrieron los recalcitrantes militantes libertarios Buenaventura Durruti, los hermanos Francisco y Domingo Ascaso... hasta llegar a un centenar en 1932, tras la
fracasada insurrección de enero del mismo año, a bordo del tristemente célebre barco-prisión Buenos Aires, hecho que fue inmortalizado por el cantautor libertario Chicho Sánchez Ferlosio en la canción que podéis esuchar arriba.

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